El presidente sirio, Bashar al Assad, dijo que la recuperación total de la ciudad de Alepo en diciembre refleja el “camino de la victoria”, pero no se conseguirá hasta que se haya eliminado a “todos los terroristas” y aseguró que está preparado para «negociar todo» en conversaciones con los rebeldes a fin de mes en Kazajistán.

En una entrevista a las emisoras francesas RTL y France Info y a la cadena LCP en Damasco, Al Assad explicó que “ver una parte del país destruida y un baño de sangre es el precio a pagar” por la liberación de la población.

En referencia a Alepo, una ciudad que quedó en ruinas tras meses de bloqueo y años de ataques y combates, Al Assad aseguró que la destrucción causada por la guerra es «muy dolorosa» para los sirios y que la guerra nunca es buena, pero justificó los bombardeos para hacer frente a los que llama «terroristas», sus opositores.

De cara a las conversaciones para buscar una solución pacífica al conflicto que en marzo cumple seis años, a fin de mes en Kazajistán, Al Assad dijo que «no hay límites para las negociaciones» y dejó abierta la posibilidad de forma indirecta de su renuncia.

También se refirió a su posible salida del gobierno. «Mi estatuto está vinculado a la Constitución  y no es propiedad del gobierno ni del presidente ni de la oposición. Pertenece al pueblo sirio. De forma que si quieren cambiar la Constitución, hace falta un referéndum», desafió el mandatario.

Tras la toma de Alepo, Al Assad dio a entender que no considera haber ganado la guerra, y señaló que la «victoria será cuando hayamos eliminado a todos los terroristas». Para él, el momento actual es «crítico y estamos en el camino de la victoria».

Trump

En relación a la victoria del republicano Donald Trump, el sirio también la consideró «positiva» y se mostró optimista de que su futuro gobierno sea «beneficioso para la situación en Siria».

«Si hay un enfoque sincero, una iniciativa para mejorar las relaciones entre Estados Unidos y Siria -argumentó- eso tendrá un impacto para todos los problemas en el mundo, también en Siria»

«La cuestión -dijo- es cómo liberar a los civiles de los terroristas en esos barrios. ¿Es mejor dejarlos bajo su poder, con decapitaciones, con ejecuciones? ¿Es ése el papel del Estado? No, hay que liberarlos y es el precio que hay que pagar, pero al final se libera a la gente de los terroristas. Es lo que tenemos que hacer», ilustró.