ABC News, la división de noticias de American Broadcasting Company, dio a conocer que el gobierno de Rusia está preparando activamente a su población para la posibilidad de una guerra.

En tal sentido, explica que en días recientes, la prensa estatal rusa ha venido advirtiendo acerca del peligro de una guerra nuclear, en tanto el programa de noticias de la NTV llevó a sus espectadores en un recorrido por refugios subterráneos antinucleares en Rusia.

Evgeny Kiselyov, presentador del programa, informó que tres fragatas con misiles se dirigen a Siria, para contrarrestar una posible campaña de bombardeos de parte de Estados Unidos. A principios de octubre, el gobierno ruso hizo ejercicios de defensa civil a nivel nacional, y simultáneamente llevó a cabo pruebas de tres misiles balísticos intercontinentales (ICBM), dos desde submarinos y uno desde tierra.

En Alemania

Mientras tanto, un nuevo plan de defensa civil fue aprobado en agosto pasado por el gobierno de Alemania, a través del cual se insta a los ciudadanos a hacer acopio de agua y víveres. Sugiere, además, restablecer el servicio militar obligatorio. “Hay quien cree ya –dice el diario Bild– que el país sabe algo que no nos está contando”.

Víveres para diez días y agua para cinco. Medicamentos, dinero en efectivo, ahorro de energía. Son las directivas del gobierno alemán, recogidas en la primera revisión de la estrategia de protección civil desde la Guerra Fría, aprobadas recientemente en el Consejo de Ministros.

El periódico se pregunta: “¿Qué está pasando para que Merkel active ahora todas las alarmas? ¿Qué nos está ocultando Alemania?”.

Tras los ataques del pasado julio en el tren de Wurzburgo y en la ciudad de Ansbach, Alemania empezó a asumir que tenía al enemigo en casa.

Reforzó primero los cuerpos de seguridad, endureció las leyes de extranjería y se dispuso a revisar el concepto de defensa civil. Bild tuvo acceso, a principios de este mes de octubre, al borrador debatido esta semana. En sus 69 páginas, el Ministerio del Interior alemán propone aumentar las reservas de vacunas y antibióticos, proporcionar energía en caso de emergencia, crear una unidad especial para combatir la delincuencia cibernética y, entre otras medidas, establecer un servicio para alertar a los ciudadanos de peligros inminentes a través de la radio, la televisión, sirenas, altavoces, anuncios en los trenes, mensajes de texto e Internet.

Hace unos días, la población alemana supo también, a través del diario Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung, que los responsables del país contemplaban instar a los ciudadanos a hacer acopio suficiente de comida y agua para 14 días. Según la Oficina de Protección del Ciudadano y de Ayuda en Catástrofes, se recomiendan 5 kilos de pan, pasta y papas, 3.5 kilos de harina y fruta en conserva, decenas de huevos, 2 kilos de pescado en conserva y carne y 28 litros de agua. “Por lo que pueda pasar”, dice ese periódico.

Y se pregunta “pero, ¿qué podría suceder? ¿Se prepara el corazón de Europa para un ataque terrorista de grandes dimensiones o se avecina alguna catástrofe, natural o nuclear, de la que no tenemos constancia? ¿Planea alguna potencia mundial invadir Alemania? ¿Estamos a las puertas de otra gran guerra? La situación se presenta muy seria”.

En EE.UU.

Por su parte, el presidente de EE.UU. Barack Obama, alertó y ordenó en esta semana a la Administración Federal, a conformar un plan dentro de los próximos 120 días para prepararse ante lo que calificó como “una posible tormenta solar”, que podría afectar el sistema eléctrico de dicho país, como también de gran parte del planeta.

La orden ejecutiva, emitida el 13 de octubre, de carácter preventivo, señala que en caso de producirse los eventos podrían afectar al sistema de infraestructura y tecnología, como el Sistema de Posicionamiento Global (GPS), operaciones satelitales, comunicación, aviación y a la red de energía eléctrica.

«Los fenómenos meteorológicos extremos podrían degradar significativamente la red infraestructura y la red de energía eléctrica», resalta Obama, produciendo un efecto cascada que además generaría inconvenientes en la red de agua, al sistema de salud como también el sistema de defensa.

Este evento climático es considerado por el mandatario como una posible amenaza de carácter extrema que, tal como señalan los investigadores, podría sumir a gran parte del mundo en un caos del cual demoraríamos semanas, meses y hasta años en reparar debido a la magnitud de los daños en el peor de los panoramas. Sin embargo, Obama señala que «este tipo de eventos meteorológicos espaciales, en forma de erupciones solares, partículas energéticas solares, y perturbaciones geomagnéticas, se producen regularmente» sin afectar a la Tierra, aunque la preparación a la que hace referencia implica un prevención para el peor de las circunstancias.

“Estas disposiciones de Obama -especulan algunos analistas internacionales-, ¿tendrán que ver sólo con cuestiones climáticas o tendrán otra raíz, más bien emparentada con las previsiones de Rusia y Alemania?”.