Por Andrea San Esteban

A poco de asumir, el gobierno de Cambiemos ordenó “una devaluación del 60% mientras sostenía que no iba a afectar los precios”, según un informe de la ONG Unidad Ciudadana. Ocurrió todo lo contrario: “Se disparó la inflación más importante de los últimos 25 años. Donde más se sintieron los aumentos fue en alimentos, medicamentos y los otros consumos populares. Lo que hace un año y medio comprabas por 100 pesos, hoy necesitás 300 pesos o más. Así se pulverizó el poder de compra del salario, de las jubilaciones, de los ingresos de los profesionales y de las clases medias”.

Es necesario frenar el aumento desorbitado de los alimentos, alquileres, tasas bancarias, transporte, obras sociales y generar un control con intervención estatal en el seguimiento del flujo de divisas.

“Es necesario declarar la emergencia alimentaria y farmacológica. Volver a aplicar seriamente programas como Precios Cuidados, Ahora 12 y profundizar la intervención del Estado a través de acciones y legislación que regulen la formación de precios en las cadenas de valor, en particular para bienes esenciales, insumos básicos y medicamentos. No puede permitirse que los precios sean altos para el consumidor y las retribuciones ínfimas para los pequeños productores. Ante la inacción del Gobierno de Cambiemos deben crearse órganos específicos en la órbita del Poder Legislativo”, continua el informe de la ONG.

Bajar el costo laboral

“En apenas un año y medio más de medio millón de personas han perdido su trabajo en nuestro país, ya sea registrado o informal”. Todas las familias argentinas tienen hoy un amigo, vecino, pariente o conocido con problemas de trabajo.

Continúa el informe: “Desde que Mauricio Macri está en el gobierno, el Estado ha renunciado a su obligación constitucional de defender el empleo y el salario justo. Se han multiplicado exponencialmente los despidos. La pérdida del empleo y las suspensiones se dieron, mayormente, en los sectores vinculados a la industria manufacturera, -reflejando el carácter desindustrializador del actual modelo económico-, pero también fueron afectados comercios y servicios, e inclusive, actividades beneficiadas con importantes transferencias de ingresos como la minería”.

Ni trabajo en negro

En el trabajo informal la caída se multiplica por tres. La desoladora expresión “ya no hay ni changas”, recorre los cordones que rodean los grandes centros urbanos de la Argentina.

A los que conservaron su empleo tampoco les fue bien: “Se ha desplomado el poder adquisitivo del salario y el gobierno de Cambiemos avanza en un creciente proceso de flexibilización laboral”.

Termina la declaratoria sosteniendo la necesidad de “volver a tener futuro” poniendo un freno al endeudamiento serial y la especulación financiera.