El fabricante de motocicletas Motomel prevé que el mercado total cerrará este año con unas 700.000 unidades y crecerá 10% en 2018, ayudado por las facilidades de los planes de financiamiento.

Esas son las previsiones de Marcelo Meler, presidente de La Emilia SA, una empresa argentina fabricante de motocicletas fundada en el barrio de La Emilia, San Nicolás (provincia de Buenos Aires) en 1992.

Esta firma, que emplea a 778 trabajadores, finalizará este año con el control del 17% del mercado y el próximo prevé escalar al 19%: pasará de vender 125.000 unidades en 2017 a 165.000 en 2018, una expansión del 32%.

La Emilia SA comercializa las marcas Motomel –para el segmento de usuarios que buscan rodados más accesibles en lo económico- y la italiana Benelli, que está algunos escalones más arriba en prestaciones y potencia.

También tiene el controla en la argentina de la comercialización de Keeway, la marca europea registrada del grupo asiático Qianjiang, y de la española SYM; también vende las bicicletas Benelli, Orbea, Scott, Motomel, Teknial y Sunny.

Mario Meler, vicepresidente de la compañía, dijo en rueda de prensa que la firma tiene una fuerte pata industrial dado que en la planta de 70.000 metros cuadrados en San Nicolás operan cinco líneas de producción de motos, entre las que se encuentra la de Benelli.

Los Meler coinciden en que las mejoras en el acceso al financiamiento generaron que el mercado creciera de manera más acelerada, pero estiman que la expansión será mayor cuando bajen las tasas de interés que establece el Banco Central.

La firma ha comenzado a realizar una inversión de 10 millones de dólares para la ampliación de sus líneas de producción y de sus naves de almacenaje y logística mientras continúa extendiendo su red de concesionarios por el país.

Esta firma factura unos 3.000 millones de pesos al año y sus directivos sólo ven oportunidades de crecimiento en el horizonte, por lo que ha comenzado a desarrollar nuevos productos, como la bicicleta eléctrica, que en los países desarrollados está generando una revolución.

La fabricación de ese producto comenzó en septiembre y terminará el año con 15.000 unidades, pero el responsable del área, Javier Mosca, estima que en 2018 serán 80.000 para el mercado interno y posiblemente también para exportación.

Por su alto estándar de calidad, La Emilia fue la primera planta en el mundo en ensamblar bicicletas Scott y ahora se perfila como el fabricante de esa marca y de Orbea para toda América Latina.

Mosca sostiene que el gran desafío para la compañía está en las biciletas eléctricas, las cuales tienen acoplado un motor pequeño para ayudar en el avance de la marcha, con autonomía de hasta 80 kilómetros en situaciones ideales de conducción.

Este producto de asistencia media que obliga al usuario a hacer ejercicio porque si bien tiene ayuda debe pedalear, se encuentra en un precio promedio de 20.000 pesos al público, dependiendo del equipamiento.