Para la ceremonia inaugural del 26 de julio a lo largo del río Sena se espera que 600.000 espectadores presencien el paso de 160 barcos que transportarán a los atletas por el centro de París. La ceremonia de apertura se considera un gran reto de seguridad en sí misma, con más de 45.000 efectivos desplegados apara ese día.

El presidente francés, Emmanuel Macron, dijo el mes pasado que Francia estaba preparada para trasladar la ceremonia de apertura a otro lugar si la situación de seguridad lo requería.

Funcionarios de seguridad europeos advirtieron de un creciente riesgo de ataques de militantes islamistas en medio de la guerra entre Israel y Hamás, con la mayor amenaza probable de que se trate de atacantes solitarios que son difíciles de rastrear.

Francia elevó su umbral de seguridad en octubre, cuando un hombre armado con un cuchillo mató a un profesor en una escuela del norte del país.

«Obviamente, estamos en contacto permanente (con los organizadores de los Juegos)», declaró Mark Adams, portavoz del COI, en una conferencia de prensa celebrada en la ciudad surcoreana de Gangneung al término de una reunión de la Comisión Ejecutiva de dicho Comité.

«Confiamos mucho en las autoridades para garantizar que estos Juegos sean seguros«, añadió.

Con un presupuesto de seguridad de 320 millones de euros (348,42 millones de dólares), Francia desplegará unos 35.000 efectivos para los días posteriores a la ceremonia de apertura, en los que se realizarán numerosas competiciones y actos en el centro de la ciudad.

«Esta confianza se basa en un informe recibido en diciembre (de las autoridades francesas)… sobre las medidas que se tomarán durante los Juegos», manifestó el Director Ejecutivo de los Juegos Olímpicos, Christophe Dubi.

Y agregó: «Están movilizando todos los recursos necesarios, del orden de 45.000 efectivos de seguridad el día de la ceremonia de apertura y 35.000 para los días restantes, todos y cada uno de los días, las 24 horas del día. Se está haciendo un gran esfuerzo».