La medición de la dirección de estadística porteña revela que “los ingresos laborales y no laborales crecen, por lo que aumentan los ingresos individuales y de los hogares” aunque advirtió que “como la evolución de los precios resulta más veloz en el período (102,8 %), hay una pérdida del poder adquisitivo”.
Al analizar los ingresos por grupo familiar, se observa que los hogares del estrato más alto ganaron catorce veces más que los de clases más bajas.
El secretario adjunto de la organización sindical especificó que “la suba de alimentos por encima del promedio general agrava las condiciones de vida de trabajadores y jubilados” y que el Gobierno solo se aferra a las políticas del FMI".
El empleo independiente es la principal fuente de trabajo formal de los últimos tres años, según información de la consultora LCG. El mayor aumento se dio entre los monotributistas.
Como consecuencia de la suba del piso del mínimo no imponible, el ministro estimó que "serán menos de 600.000 asalariados en todo el país los que pagarán el impuesto".
Si bien en septiembre -y después de muchos meses de desventaja- los salarios superaron a la inflación, lo cierto es que en los primeros nueve meses del año el incremento de los ingresos promedia un 61,2%, mientras que la inflación en igual período fue de 66,1%. Los trabajadores no registrados son los más afectados por esta brecha.
Después de conocerse los resultados electorales, el área Capacitación y Estudios sobre Trabajo y Desarrollo de la Universidad de San Martín advierte que las variables macroeconómicas son determinantes en esta evolución.
De acuerdo con cifras del Indec, para alcanzar los niveles anteriores a la pandemia, la economía debería crear aún medio millón de puestos de trabajo. No obstante, el deterioro de esta variable fundamental lleva varios años y atraviesa gobiernos de distinto color político.
En el primer cuatrimestre del año, el Índice de salarios relevado por el Indec acumuló un aumento de 16,8%, un punto debajo de la suba general de precios de ese lapso. No obstante, cuando se extiende el cálculo a los últimos doce meses, ese valor se multiplica, en detrimento de los asalariados.
El Ministerio de Trabajo bonaerense realizó inspecciones a más de 170 repartidores y determinó que el 97% de ellos no tiene obra social, ART, recibo de sueldo o aportes a la seguridad. Rappi y Pedidos Ya, desplegaron un modelo de negocios desde 2018 donde evaden regulaciones laborales y tributarias
En el 2019, frente a una inflación del 53,8%, los salarios crecieron 40,9%, mientras en el 2018, ante una suba de precios del 47,6%, el nivel de las remuneraciones mejoró 29,7%. En 2020, estuvieron más cerca del alza de precios pero aún por debajo. Los trabajadores (ni hablar los informales) siguen siendo los perdedores del modelo.
Casi tres años de recesión son demasiado para cualquier economía. La variable clave de ajuste suelen ser los trabajadores (en variables: nivel de empleo y poder adquisitivo del salario). Con Macri se deterioraron fuertemente y este año –pandemia mediante- la tendencia se acentuó.