El gasto de los consumidores, que representa dos tercios de su actividad económica bajó sensiblemente con respecto a mediciones anteriores. El déficit comercial cayó un poco más que las previsiones hechas en enero.
Por su parte, en la distribución por nivel de ingresos, la confianza cayó 4,5% para el sector de los encuestados con mayores ingresos y subió 7,4% para los de menor nivel económico.
La propuesta comienza este viernes, de 19 a 22, en Presidente Roca y el río y continúa todos los viernes del mes. También habrá talleres de cocina y productos para la venta.
Entre los componentes de ese indicador el subíndice "Situación Personal" cayó 2,3% en noviembre, en comparación con el mes anterior.
En promedio los consumidores pagaron 5,4 veces más de lo que cobró el productor, cuando en septiembre último la diferencia fue del 5,5 veces.
La operatoria en pesos con tarjetas de crédito registró un saldo de 456.283 millones pesos a fines de septiembre, lo que significó un incremento récord del 5,9% respecto al cierre de agosto pasado.
La CAME recordó que en julio la diferencia en el margen de precio fue del 5,15%, y con el aumento de agosto, esa diferencia trepó a 5,6%.
La diferencia de precio entre lo que paga el consumidor y lo que recibe el productor de alimentos creció un 2,9% en el mes de julio.
Será a partir de las 16 en el edificio Anexo de la Cámara baja y expondrán funcionarios del área de Defensa de la Competencia de la Secretaría de Comercio Interior, dueños de supermercados y representantes de asociaciones de defensa de los consumidores.
Así lo expresó a Conclusión el presidente del Centro de Estudios "Igualdad Argentina" durante el convenio firmado con Cesyac que permitirá a ambas instituciones la utilización en sus informes del "Índice de Confianza del Consumidor" y el "Informe de Precios al Consumidor”.
Los datos surgen de un informe difundido por la Universidad Torcuato Di Tella y se obtiene de los resultados de una encuesta mensual, sobre la situación económica personal y de la economía del país.
De acuerdo a una serie de documentos obtenidos por Reuters, la compañía Johnson & Johnson tenía conocimiento desde 1971 que sus talcos para bebés contenían asbesto y eran potencialmente cancerígenos.