Por Luis Di Nardo – Noticias Argentinas

La convocatoria al 29 de abril para celebrar «el Día del Trabajo» abrió un profundo debate en la CGT sobre si interrumpir la luna de miel con el Gobierno, admitiendo el retroceso frente a la nueva situación política, o esperar la unificación para dar una respuesta sindical.

Más de 100.000 despidos en el sector privado y casi 20.000 en el sector público (contando las jurisdicciones nacional provinciales y municipales) implican más de un punto en el indicador de desocupación.

A esa dramática situación se agrega la fuerte escalada de precios de los bienes de consumo masivo que de deteriora en forma notable los salarios de los trabajadores: los sindicalistas entienden que hay situación preocupantes y analizan qué hacer.

Pero de la última reunión con el presidente Mauricio Macri en la Casa Rosada, los representantes de las tres CGT (Hugo Moyano, Antonio Caló y Luis Barrionuevo) se fueron sin las respuestas esperadas y con evidente cara de disgusto.

Macri les aseguró a los sindicalistas que pagará 2.700 millones de pesos de la deuda de 28.000 millones que el Estado mantiene con las obras sociales, pero aclaró que mejorar la caja de los sindicatos nos es una conquista para reivindicar en momentos de delicada situación social.

Al reclamo de declarar la emergencia ocupacional, que es uno de las principales preocupaciones, el Gobierno le contestó con la elevación desde 400 a cerca de 2.000 pesos el subsidio por desocupación que no es precisamente un freno a los despidos.

El presidente ofreció crear una comisión que integren los representantes de los trabajadores, el gobierno y las patronales para seguir y monitorear el desarrollo del empleo; uno de los sindicalistas recordó la famosa frase de Juan Perón: «si querés que algo no funcione, creá una comisión».

El gobierno también se comprometió a convocar al Consejo del Salario, pero ese organismo solo fijará un valor que siempre está por debajo de la media de los convenios colectivos de trabajo por lo que no tiene incidencia en la recuperación salarial.

Las paritarias no se muestran conflictivas, salvo los casos de bancarios y estatales, pero los acuerdos de aumentos por el 20% promedio para los próximos seis meses, no garantiza que a fin de año puedan recuperar cualquier salto inflacionario, que ya desbasta los bolsillos de los trabajadores.

Tampoco dio Macri solución para eliminar el mínimo del impuesto a las Ganancias: hubo una promesa de modificar las escalas pero sin fecha ni plazo y ratificó el Presidente que cualquier cambio entrará en vigencia a partir de 2017.

Incluso, los sindicalistas pidieron que el medio aguinaldo de mitad de año no tribute Ganancias y el presidente solo prometió estudiarlo.

«Nos vamos con las manos llenas de promesas, pero a la vez vacías», sintetizó uno de los sindicalistas que estuvo en Olivos.

El vocero tampoco cree que los anuncios sobre extensión de la AUH y la eliminación del IVA de la canasta básica para los más necesitados ni las medidas sociales que se implementarán en la provincia de Buenos Aires alcancen para apaciguar la interna sindical.

Por eso, presionados por los delegados, la cúpula sindical analiza «no hacer tronar el escarmiento» como pretenden algunos pero ensayar una suerte de ofensiva declarativa en un fuerte documento que será presentado el 29 de abril.

Ese documento comenzará a redactarse esta semana en una nueva reunión de la comisión de unidad cegetista.

La actual división sindical no permite por el momento una acción sindical, pero cuánto tiempo más podrá aguantar el sindicalismo sin respuestas a los problemas de la gente.