Las tensiones que atraviesa la CGT amenazan con profundizarse de cara a las PASO, a raíz de los alineamientos que empezaron a mostrar los dirigentes gremiales, quienes en algunos casos apuestan a una renovación partidaria de la mano de Florencio Randazzo, aunque también hay un sector encolumnado con Cristina Kirchner y otro que avala a Sergio Massa.

Las diferencias políticas y falta de consenso en una estrategia sobre cómo pararse frente al Gobierno macrista fueron contenidas hasta el momento con dificultades por la conducción tripartita, que trata de mantener la delicada unidad construida durante varios meses de negociaciones.

Pero la inminente campaña electoral reavivará la interna peronista, donde se percibe una confrontación en las PASO entre el kirchnerismo y el ex ministro de Transporte, pugna que se proyectará también en el sector sindical y añadirá más roces en el seno de la central obrera.

En los últimos días ya se produjo un episodio que anticipa esta nueva tensión, cuando la intendenta de La Matanza, Verónica Magario, aliada al kirchnerismo y mencionada como posible candidata, realizó un acto en la sede de la CGT, acompañada por los dirigentes gremiales que apuestan por la continuidad del liderazgo de la ex presidenta.

Esto no cayó bien en los otros sectores de la central obrera, por ejemplo en el moyanismo, cuya mayoría de miembros se distanciaron del kirchnerismo hace años.

A su vez, la relación entre el peronismo y la CGT tendrá un ingrediente clave en estas elecciones, ya que las cajas sindicales serán un financiamiento ansiado por los dirigente políticos que deberán afrontar una campaña en momentos en que están desprovistos del manejo de fondos públicos.

Hasta el momento, Randazzo es quien estaría logrando mayores adhesiones de la CGT, ya que varios dirigentes de la central obrera no tienen buena relación con el kirchnerismo y ven con buenos ojos que el peronismo inicie una nueva etapa con renovados liderazgos.

El dirigente oriundo de Chivilcoy cuenta con el apoyo de grandes gremios como la Unión Ferroviaria, con la que había cultivado un estrecho vínculo en sus tiempos de ministro de Transporte, y también de la UOM, ya que el jefe del gremio, Antonio Caló, dijo que es su candidato, aunque aclaró que si Cristina Kirchner le gana la interna, la respaldará.

Randazzo tiene también el respaldo de uno de los miembros del triunvirato, el jefe de Sanidad, Héctor Daer, y de la mayoría de los sindicalistas del sector del MASA, como el taxista Omar Viviani y el líder de Luz y Fuerza, Guillermo Moser; además del petrolero Alberto Roberti.

Por otra parte, el kirchnerismo es claramente minoría en el Consejo Directivo de la central, pero cuenta con un puñado de dirigentes que continúan identificándose con la ex mandataria, como Víctor Santamaría (Encargados de edificio), Francisco Gutiérrez (número dos de la UOM) y Omar Plaini (Canillitas).

Cristina Kirchner también tiene el respaldo de un sector de gremios de la CGT que decidió quedar marginado de la conducción de la central, entre ellos La Bancaria, que conduce Sergio Palazzo.

Además están los dirigentes cegetistas que apoyan al líder del Frente Renovador, Sergio Massa, como el integrante del triunvirato Carlos Acuña (Estaciones de servicio), quien es legislador bonaerense por ese espacio político, el gastronómico Luis Barrionuevo y Facundo Moyano, de Peajes.

Por último, hay varios integrantes del moyanismo, con excepciones como las de Plaini y Facundo Moyano, que promueven una postura independiente de la política partidaria y no identificarse con ningún candidato, entre ellos el miembro del triunvirato que representa a ese sector, Juan Carlos Schmid (Dragado y Balizamiento), Pablo Moyano (Camioneros) y Jorge Sola (Seguros).