El dictado del decreto presidencial que ordena no llevar adelante clases presenciales y la respuesta en contrario de la Corte Suprema de Justicia, dando lugar a la solicitud de Rodríguez Larreta, produjeron un debate que aún permanece abierto.

Por ello, Conclusión conversó con el secretario general del Sindicato de Docentes Particulares (Sadop) de Rosario, Martín Lucero, quien estimó que “quizás lo correcto es que haya que repensar el esquema de restricciones y cerrar mucho antes otro tipo de actividades que tienen más vinculación con lo social antes que los colegios”.

Enseguida,  aclaró que “si en algún momento hay que cerrar las escuelas, que sea en la última etapa”.

“Para cerrar las escuelas, primero hay que restringir un montón de cosas más. Hoy están abiertos los clubes, los gimnasios, los bares, las plazas, la circulación es libre hasta las 20 horas… la actividad es normal como era la semana pasada pero con las escuelas cerradas. No se entiende por qué no es al revés”, consideró el dirigente gremial.

Después de manifestar que hay “en Rosario de doscientos establecimientos y en departamento San Lorenzo unos 30, estimó que también han sido afectados por las medidas adoptadas por los Gobiernos nacional y provincial “unos 14.000 agentes entre docentes, no docentes y personal escolar”.

En lo que respecta a la asistencia a clases previa a la norma que restringe la presencialidad, estimó que había “asistencia normal y que hubo burbujas aisladas”.

“En  el último relevamiento, 7 de cada 10 colegios tuvieron que aislar burbujas de manera preventiva ya que 4 de cada 10 escuelas tuvieron contagios; en la mayoría fueron uno o dos entre alumnos y docentes, así que no es tan elevado el número. El ausentimo no es un dato que haya llamado la atención”, describió.

Más adelante, y con respecto a la mirada de los padres de alumnos, Lucero señaló: “Creo que hay una preocupación genuina en varios sectores de la sociedad respecto al tema de la educación. Entiendo la postura que tienen los padres, no comparto algunos métodos y mecanismos que utilizan algunas organizaciones de padres, pero si queremos cuidar la presencialidad, no podemos convocar a marchas, porque si todo el mundo indica que las aglomeraciones de gente propagan los contagios, no podemos hacer una movilización de padres y alumnos que se contagian afuera y después van contagiados adentro. La escuela es un lugar seguro, en la escuela la gente no se contagia, se contagia afuera”.

Enseguida, dedujo que “es tan mala la movilización de padres con alumnos como el banderazo de Newell’s o el bengalazo de Central, tienen exactamente la misma lógica, cambia cuantitativamente la cantidad de gente pero está mal, tenemos que dar otro mensaje”.

“Si queremos cuidar la presencialidad en la escuela, el mensaje que tenemos que dar es que nos tenemos que cuidar en casa, porque el problema que estamos teniendo es ese. Es cierto que la escuela no es un lugar de contagio”, indicó, para enseguida estimar: “Si vos llamás a marchas y movilizaciones, estás dando el mensaje contrario, estás haciendo al revés porque vos le tenés que enseñar al nene y a la nena a quedarse en casa y a cuidarse, no a que vaya afuera y se junte con otras personas”.

Además, añadió:  “Entiendo que la preocupación es genuina pero no compartimos los mecanismos porque si con ese mismo criterio todos vamos a hacer lo que queramos fuera de la escuela, claro que la escuela va a terminar restringiéndose”.

Luego, y tras ser consultado acerca de la mirada que tiene de la situación el sector docente, el titular de Sadop Rosario detalló que desde la organización gremial docente hicieron un relevamiento en 123 escuelas que tras consultarles a los delegados, “8 de cada diez escuelas privadas de la ciudad de Rosario prefieren trabajar en la presencialidad, en su lugar de trabajo, lo cual es normal” y que como sindicato defienden ese posicionamiento.

“El lugar natural en donde un trabajador tiene que trabajar es su lugar de trabajo, pagado por el empleador, con las herramientas que le da el empleador, con los servicios y con los costos que paga el empleador, no en su casa, poniendo su computadora, su internet, sus servicios. Terminás pagando por trabajar si lo hacés desde tu casa”, redondeó.

A continuación estimó que “es razonable que esta sea la postura de los docentes. Obviamente que si hay una situación de crisis epidemiológica y hay que cerrar, todos cerraremos y cumpliremos las normas como corresponde”.

Asimismo, consideró que lo que se debería hacer es “volver a fase 1 con las escuelas abiertas, eso sería de la casa al trabajo y del trabajo a la casa y de la casa a la escuela y de la escuela a la casa. Todas las cuestiones de vinculación social que no son estrictamente necesarias habría que vincularlas, y llegado el caso de que haya que hacer un cierre total, hay que hacerlo sin dudarlo”.

“Acá no somos Capital Federal ni compartimos ninguna de las ideas que tiene Larreta. Ahora, sí decimos que tiene que haber un orden de prioridades y hay que restringir todas las actividades sociales antes”, reveló.

Enseguida planteó: “Todos entendemos que el comercio es importante, que la actividad económica es importante, tenemos que avanzar en el cierre de algunas cuestiones es evidente que entre la escuela y el club, hay tener la escuela abierta y por ahí hay que restringir el club, o el gimnasio, o la plaza.

“Nadie va a tener una gran frustración social si las escuelas están abiertas y no se pudieron ir a la plaza el fin de semana. No planteamos nada que no sea razonable, ahora, si después hay que cerrar la escuela, hay que cerrarla, no somos fundamentalistas”, expuso.

 – ¿Cuánto de político partidario tiene este debate?

– La discusión marco de la presencialidad o no presencialidad y apertura de colegios es una discusión de origen político que se inicia en el mes de febrero cuando el ex presidente Mauricio Macri llama a una marcha nacional por la educación y Ciudad de Buenos Aires decide abrir todas las escuelas a todos los chicos todos los días.

La burbuja es el aula, dijo la ministra de Educación de Capital Federal, recordemos eso que no es un tema menor.  Porque la mayoría de las demás provincias se pasaron a un sistema de burbujas y la saturación del sistema sanitario de la ciudad de Buenos Aires y el aumento de casos, tienen que ver con el aumento de casos.

Después, las resoluciones particulares que van sumando las jurisdicciones son arrastradas por esa discusión central. Estamos todos discutiendo la agenda de Capital Federal y del Gobierno nacional y la realidad es que Santa Fe no tiene esa situación, Rosario no tiene esa situación.

Está claro que el sistema sanitario de provincia de Buenos Aires y del Conurbano bonaerense no es el mismo que el de Rosario y la zona de influencia. Creo que la discusión se hizo político partidaria y de hecho, todos los amparos que van a presentarse ahora a través de diputados, concejales, son coletazos partidarios para sacar un voto en un año electoral.

Nosotros estamos en contra de eso, pero lo que sí decimos es que tenemos que tratar de tener una visión más federal del tema y atender los problemas que tiene Santa Fe con las soluciones que tiene Santa Fe.

Son cuestiones totalmente distintas a las que se están instalando a través de los medios de comunicación hegemónicos de la ciudad de Buenos Aires. Acá la gente discute por lo que pasa en Buenos Aires, es una cosa insólita.