Cada 30 de agosto se conmemora el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas. Esta importante fecha fue establecida y declarada por la Organización de Naciones Unidas (ONU) para recordar a las personas que han sido detenidas, ocultadas y reportadas desaparecidas en el mundo.

En este marco, la Argentina celebra los 40 años de democracia ininterrumpida y los 75 años de la Declaración Universal de Derechos Humanos, siendo una oportunidad para fortalecer aquellos esfuerzos que garanticen los derechos humanos de todas y todos los argentinos.

La desaparición forzada se usa a menudo como estrategia para infundir miedo en las personas, teniendo un gran impacto no sólo en las familias de las personas desaparecidas, sino también en sus comunidades y en la sociedad en su conjunto.

Las violaciones masivas y sistemáticas a los derechos humanos durante la última dictadura militar en Argentina dejaron heridas profundas a nivel individual, familiar, comunitario y político.

En este sentido, la Argentina ha sido reconocida por el Comité de las Naciones Unidas contra la Desaparición Forzada en relación al establecimiento de medidas dirigidas a acelerar los juicios, fortalecer las investigaciones y brindar acompañamiento a las víctimas. Sin embargo, recomendó garantizar una resolución rápida de los procesos judiciales.

Acuerdo de compromiso

En el marco de este importante día, Argentina y Francia renovaron hoy sus “compromisos” en la lucha contra la desaparición forzada de personas, y pidieron al resto de los Estados que apoyen la resolución sobre esta temática que presentarán ambos países junto a Marruecos en las Naciones Unidades el próximo mes.

Bajo este ámbito, ambos Estados emitieron una comunicación conjunta de sus cancilleres Santiago Cafiero y Catherine Colonna, en la cual coincidieron en renovar sus compromisos en la materia y además “continúan movilizadas por la universalización de la Convención Internacional para la Protección de Todas las Personas contra la Desaparición Forzada».

Las heridas del pasado son asunto del presente, así lo ha definido la humanidad en distintos acuerdos que representan un consenso universal, como lo es la Declaración Universal de Derechos Humanos. La conmemoración de sus 75 años nos permite revitalizar esos valores universales, un ideal común para todos los pueblos y naciones, donde todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos.

La Declaración ha servido de inspiración para varias generaciones y las ha interpelado a hacer frente a las violaciones de derechos humanos en el mundo. Las organizaciones de la sociedad civil que luchan por lograr justicia por los crímenes de lesa humanidad en dictadura, cuya lucha ha marcado a toda la región, constituyen un ejemplo concreto de trascendencia.