Más de 42.000 muertes de niños menores de un año en Argentina podrían evitarse si se modifica el modelo de gestión y reorganizando los recursos que existen en la actualidad, según lo reveló un estudio realizado por la universidad Isalud.

En ese sentido, Rubén Torres, rector de Isalud y ex superintendente de Servicios de Salud, explicó que en la Argentina «el problema de salud no es de accesibilidad, porque todos tienen acceso a la salud».

«El problema es la gran desigualdad entre los ricos y los pobres. El resultado que se obtiene depende drásticamente de eso. Hay una salud para los ricos y una salud para los excluidos. Esto es más llamativo y grave cuando el personal de salud que atiende, médicos y enfermeras, es el mismo. Entonces concluimos que esto se debe básicamente a un problema de organización, de gestión y de modelo de atención», afirmó Torres.

El director de la universidad indicó también que «no se da solo entre ricos y pobres: se repite también  territorialmente».

«Podría decirse que hay veinticuatro realidades distintas, una por provincia. Tenemos un distrito como la Capital Federal -en especial la zona metropolitana norte- donde la mortalidad infantil es la más baja, a diferencia de la provincia de Formosa, que es la que mayor mortalidad infantil presenta. Hay 2,5 probabilidades más de que un chico formoseño se muera antes del año de vida que un chico de la zona norte de la capital federal», añadió

El especialista comentó que esas diferencias «no se han modificado en los últimos treinta años en Argentina» ya que «si las provincias siguen reduciendo la mortalidad de la misma manera que hasta hoy, sin innovaciones significativas, van a pasar 54 años hasta que todas obtengan el mismo desempeño».

Al respecto, el experto detalló que «hoy el promedio de mortalidad infantil en Argentina es de 10,5 por mil, pero hay regiones que duplican o que triplican ese promedio».

En el año 1950, Argentina era el segundo  país de América Latina con la mejor tasa de mortalidad infantil, después de Uruguay.

«Hoy Argentina ya no está entre los tres primeros de América Latina, esto quiere decir que en todos estos  años Argentina bajó su tasa de mortalidad infantil, pero no la bajó tan velozmente como lo hicieron los demás países de América Latina.

Como contrapartida, Chile, que en los años cincuenta era uno de los últimos en mortalidad infantil, hoy es el primero de América Latina. Si Argentina hubiese bajado la MI como la bajó Chile, en los últimos diez años se habrían muerto casi 43 mil chicos menos», dijo Torres.

Sobre el presupuesto, el director de Isalud dijo que «habitualmente, la crítica en el sistema de salud se basa en la falta de dinero, pero ese tampoco es el problema central».

«Argentina es el país del continente que más invierte  en salud. Y el tercero de toda América, después de Estados Unidos y Canadá. Actualmente Argentina destina 8,5% del PBI en salud, pero ha llegado a gastar 10% del PBI, cuando el promedio de América Latina está por debajo de 6% del PBI. Evidentemente, no es un problema económico, básicamente es un problema de gestión y de modelo de atención», añadió.

Torres dijo que «el camino para revertir esto es la revalorización de la atención primaria, que debe ser resolutiva, no basta con la posta sanitaria o la salita de primeros auxilios con el médico y la enfermera».

El especialista aseguró que «esto no es efectivo, porque termina derivando al paciente a un hospital para hacerse más estudios, con largas horas de espera».

En ese sentido, comentó que «el 80% de los pacientes que van a la guardia podrían haber resuelto su problema en un paso anterior y dejar liberado el hospital para los casos urgentes».

«Con los mismos recursos existentes, esto se podría lograr. Se podría sacar un turno en un hospital por SMS o por internet. En Argentina hay 60 millones de líneas de celulares activas y 37 millones en uso, según el informe «Mercado celular argentino 2015″ realizado por Carrier y Asociados. Así, las personas no tendrían que estar a la madrugada haciendo fila, esperando que le den un papelito para ver si los van a atender o no», puntualizó.

Torres manifestó que «la concentración de la riqueza en la Argentina explica la presunta  pérdida de importancia del hospital público en Argentina».

«Cuando las encuestas sostienen que la salud no es prioridad de la gente, queda claro que la sociedad está dividida. Un grupo de gente que tiene solucionado el tema de los servicios de salud a través de una prepaga o una obra social, no ve la salud como un problema, aunque tal vez lo sea el valor de la cuota», explicó.

Y agregó: «Hay un grupo intermedio que son los que tienen obra social por su trabajo formal y están relativamente conformes pero se quejan del nivel de atención de su obra social. Por último, hay un tercer grupo que son los que concurren al hospital público.

Resignados, toman lo que les den, ni siquiera se quejan porque tienen miedo de que les quiten lo poco que tienen».