Por Florencia Vizzi

La memoria también  puede bordarse y plantarse en el agua para reescribirse en los paisajes cotidianos de las ciudades y de quienes las habitan. La memoria puede renacer en pañuelos bordados que hacen rondas. Eso es al menos lo que puede percibirse cuando, llegando al Monumento Nacional a la Bandera, por el Pasaje Juramento se ven, iluminados y rodeando las imponentes esculturas de Lola Mora, los cientos de pañuelos bordados colectivamente por manos que se niegan al olvido.

pañuelos-bordados-en-el-monumento_fvizziEsta tarde, el proyecto Manos que bordan memoria, que comenzó a gestarse en los últimos meses del 2015, a partir de una iniciativa del Museo de la Memoria de Rosario, se volvió parte de la ciudad y apropiándoselo de uno de sus lugares más icónicos, el Monumento a la Bandera, desde la propuesta artística de Federíco Fernández Salafia, convirtiéndose en una instalación que eriza la piel al verla.

Manos que bordan memoria se fue construyendo en diferentes jornadas,  y tuvo que ver, según palabras de Viviana Nardoni, la directora del museo,»con  una idea de realizar,  esta vez, un trabajo específicamente dedicado a Rosario, para que la ciudad reconozca a sus propios muertos, porque en cualquier página de internet se puede encontrar una gran lista de compañeros de desaparecidos, pero creo que nosotros tenemos la obligación de decir quienes fueron, en esta ciudad,  aquellos compañeros desaparecidos, perseguidos, detenidos y asesinados”.

La funcionaria explicó que:  «Junto con los diversos organismos de Derechos Humanos,  con la Secretaria de Derechos Humanos de la Provincia y con abogados de los juicios, se consensuaron una lista de 500 nombres de detenidos-desaparecidos. Todos ellos corresponden a lo que se denomina el Área 211, (que abarcaba la zona sur de la provincia), definida así por el organismo represivo que dirigía el Comando del II cuerpo del Ejército, que operaba exactamente desde dónde ahora se encuentra el Museo de la Memoria (Córdoba y Moreno)».

Las jornadas públicas  y abiertas de bordado fueron cuatro, la primera comenzó el 7 de octubre de 2015,  en la explanada del Museo, con al presencia de las Abuelasde Plaza de Mayo, y de gran cantidad de gente que se sumó por propia iniciativa. Otras dos se sucedieron durante la 2° Semana x la Identidad, también en el Monumento Nacional a la Bandera. La última se realizó  el 10 de diciembre, en la conmemoración del Día Internacional de los Derechos Humanos. Además, todo el que quisiera participar, podía llevarse los pañuelos y entregarlos luego en el museo.

Hoy, la última etapa de esa iniciativa se concretó, cuando, a las 17.30, con gran precisión, en un acto sumamente conmovedor coordinado por el artista, los pañuelos que exhiben esos nombres fueron «plantados», por así decirlo, armando una gran ronda que circunda las esculturas, e iluminados luego, estratégicamente para cerrar el círculo con sus reflejos en el agua. Y la memoria fue también, además de dolor, reflejo y belleza

La muestra permanecerá habilitada hasta el 28 de marzo