El gobierno afgano, con apoyo aéreo estadounidense, recuperó hoy el control de Tarinkot (centro de Afganistán) de manos de los talibanes, que habían puesto en fuga a la población tras penetrar en la ciudad en medio de fuertes combates con tropas afganas apoyadas por ataques aéreos.

La localidad es capital de la provincia de Uruzgan, en el (centro) de Afganistán, y pusieron en fuga a la población tras penetrar en la ciudad en medio de fuertes combates con tropas afganas apoyadas por ataques aéreos.

A punto de cumplirse un año de la pérdida temporal de la norteña ciudad de Kunduz, en la mayor victoria militar de los talibanes desde que la invasión estadounidense los sacó del poder en 2001, los insurgentes estuvieron hoy a punto de desalojar a las fuerzas de seguridad afganas de Trinkot.

«La dirección del combate cambió completamente en la tarde con la llegada de refuerzos de Kandahar (sur) y el apoyo aéreo de las fuerzas extranjeras, que han ayudado a las tropas en algunas partes a expulsar a los talibanes de las áreas estratégicas, aunque no lejos de la ciudad», indicó a la agencia de noticias EFE el portavoz del gobernador provincial, Dost Muhammad Nayab.

Tras tres días de acoso a la ciudad, los talibanes habían roto a primera hora del día el cinturón de defensa de Trinkot y entrado en la urbe, llegando a apenas unos centenares de metros de los edificios del gobernador y de la Policía, que fueron bombardeados.

Un portavoz talibán, Zabihullah Mujahid, aseguró a EFE por la mañana que los insurgentes habían tomado la mayor parte de la ciudad y que las fuerzas afganas habían opuesto poca resistencia.

Lo mismo relató el jefe de la Radio Televisión Pública de Uruzgan, Niamatullah Faryadi, quien señaló que «la Policía abandonaba los puestos de control sin resistencia, en la mayoría de los casos sin disparar una bala».

Habitantes, funcionarios gubernamentales y empleados de ONGs optaron por evacuar la ciudad, ante el avance prácticamente sin resistencia de los talibanes, y se refugiaron en el aeropuerto, situado a las afueras.

«La ciudad ya no es para nosotros, sobrevivimos solo porque esta mañana huimos al aeropuerto. No sabemos que ocurrirá, solo dejamos la oficina e intentamos salvar nuestras vidas», explicó un funcionario del Ministerio de Rehabilitación Rural afgano, Muhammad Hashim.

Tras la recuperación, Nayab aseguró que los insurgentes han sufrido «duras bajas», aunque no se ha informado aún del número de muertos y heridos.

Precisó que los bombardeos de los aviones estadounidenses y el ataque de artillería continúan contra las posiciones de los talibanes.