El departamento encargado de los pasaportes en Afganistán volvió a abrir este miércoles en Kabul, lo que supone una luz de esperanza para los afganos que quieren salir de su país, atemorizados por el regreso al poder de los talibanes.

Centenares acudieron a la oficina donde se entregan los pasaportes, cerrada desde la toma de la capital a mediados de agosto.

La reapertura de este organismo busca mostrar las buenas intenciones de los talibanes, que se comprometieron ante la comunidad internacional a dejar marcharse a aquellos compatriotas que quisieran hacerlo.

La oficina de pasaportes, según su jefe, está en condiciones de conceder unos 6.000 documentos diarios.

«Estoy intentando irme», reconoció Mohamad Hanif, de 32 años, a la agencia de noticias AFP.

El hombre dijo que trabajó como intérprete para las fuerzas especiales norteamericanas en la provincia meridional de Helmand entre 2009 y 2013 y teme que los talibanes intenten vengarse.

En la misma situación están el resto de afganos que colaboraron con las tropas extranjeras tras la intervención en 2001 de la coalición internacional liderada por Estados Unidos, que acabó en rotundo fracaso y humillante derrota militar.

Mohamad, que dice disponer de un visado especial para viajar a Estados Unidos, empezó los trámites para obtener un pasaporte hace cuatro meses, pero no logró culminar su solicitud hasta este miércoles.

Como otros miles de afganos, intentó huir a través del aeropuerto de Kabul durante los días posteriores a la toma de la capital por los talibanes, el 15 de agosto.

Un gigantesco puente aéreo permitió evacuar a más de 120.000 extranjeros y afganos que querían huir del nuevo gobierno durante las dos últimas semanas de agosto.

Los talibanes intentan ahora reactivar la administración, aunque la mayoría de funcionarios no cobraron su salario desde hace meses.