El Gobierno de Alemania fijó este jueves una nueva estrategia en su relación con China, de la cual afirma que no pretende desvincularse, aunque postula la necesidad de reducir la dependencia económica con el gigante asiático.

Es «urgentemente necesario» reducir los riesgos de una estrecha dependencia económica, señala el nuevo plan, de 61 páginas y aprobado en el consejo de ministros, que añade de todos modos que «el Gobierno federal no pretende desvincularse de China».

La integración económica debe mantenerse, pero «queremos reducir las dependencias en áreas críticas para mitigar los riesgos que de ellas se derivan», añade el documento, que habla de China como un socio, pero también un competidor y un rival sistémico, consignó la agencia de noticias DPA.

Alemania acusa al Gobierno de Pekín de violar gravemente los derechos humanos y socavar el derecho internacional con su política en el Indo-Pacífico, y le reclama también que ejerza su influencia sobre Rusia, en guerra con Ucrania.

«El comportamiento y las decisiones de China han provocado un aumento de los elementos de rivalidad y competencia en nuestra relación en los últimos años», se afirma. «Por eso es necesario reequilibrar la relación».

Hasta ahora ha habido diferentes enfoques de la política hacia China en el Gobierno alemán de coalición entre socialdemócratas, verdes y liberales, y por ello la negociación de la nueva estrategia se extendió durante varios meses.

El partido Los Verdes, al que pertenecen la ministra de Relaciones Exteriores, Annalena Baerbock, y el ministro de Economía, Robert Habeck, defendía una postura más dura hacia Pekín que la del Partido Socialdemócrata del canciller Olaf Scholz.

En la presentación del documento, Baerbock comentó: «Estamos mostrando formas e instrumentos de cómo Alemania puede cooperar con China en el corazón de Europa sin poner en peligro nuestro orden básico democrático libre, nuestra prosperidad y nuestra asociación con otros países de este mundo».

«Al mismo tiempo, demostramos que somos realistas, pero no ingenuos», sentenció.

El 20 de junio último una delegación china encabezada por el primer ministro Li Qiang visitó Berlín, oportunidad en la que Scholz pidió que China endurezca su posición hacia Rusia por la invasión de Ucrania.

«Hice un llamado nuevamente al gobierno chino para que ejerza su influencia aún más fuertemente sobre Rusia en esta guerra», dijo en aquel momento Scholz en una conferencia de prensa junto a Li.