Presidentes de once países de América del Sur acordaron este martes conformar un grupo para evaluar cuál es el mejor mecanismo para la integración de la región, como paso previo a lograr de la región un área de libre comercio y de defensa de los derechos humanos y la paz, en un encuentro con el que Brasil retomó la iniciativa política y que marcó la vuelta de Venezuela a los foros continentales, pero que tuvo notas discordantes en las posturas de Uruguay y Chile.

El llamado Consenso de Brasilia -la declaración final de nueve puntos- no pudo incluir a la malograda Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) como foro mayoritario para esas metas porque cinco países no adhirieron nuevamente al mecanismo.

El texto ratifica que la integración regional “debe ser parte de las soluciones para afrontar los desafíos compartidos en la construcción de un mundo pacífico; el fortalecimiento de la democracia; la promoción del desarrollo económico y social; y la lucha contra la pobreza, el hambre y todas las formas de desigualdad y discriminación”.

Además, apuesta a la misma integración para conseguir “la promoción de la igualdad de género; la gestión ordenada, segura y regular de migraciones; el enfrentamiento al cambio climático, incluso por medio de mecanismos innovadores de financiamiento de la acción climática, entre los cuales podría considerarse el canje, por parte de países desarrollados, de deuda por acción climática”.

Otro de los puntos, objetado por Uruguay por sus críticas a Venezuela, resalta “la visión común de que América del Sur constituye una región de paz y cooperación, basada en el diálogo y el respeto a la diversidad de los pueblos, comprometida con la democracia y los derechos humanos, el desarrollo sostenible y la justicia social, el estado de derecho y la estabilidad institucional, la defensa de la soberanía y la no injerencia en asuntos internos”.

En el Palacio de Itamaraty de Brasilia y con agenda abierta discutieron durante varias horas el anfitrión, Luiz Inácio Lula da Silva, y sus pares Alberto Fernández (Argentina), Luis Arce (Bolivia), Gabriel Boric (Chile), Gustavo Petro (Colombia), Guillermo Lasso (Ecuador), Irfaan Ali (Guyana), Mario Abdo Benítez (Paraguay), Chan Santokhi (Surinam), Luis Lacalle Pou (Uruguay) y Nicolás Maduro (Venezuela).

Fernández valora retorno de Venezuela

El presidente Alberto Fernández aseguró que es «muy valioso» el retorno de Venezuela a los foros internacionales, destacó el liderazgo regional del brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y minimizó los desacuerdos apuntados por el mandatario uruguayo, Luis Lacalle Pou, al hacer un balance de su participación en la cumbre de Brasilia con sus pares sudamericanos.

«A mí me parece que es muy valioso (el regreso de Venezuela a los foros internacionales), porque también hay que pensar que Latinoamérica en su momento la dejó afuera a Venezuela, porque el Grupo de Lima se ocupó de marginar a Venezuela de todos los ámbitos latinoamericanos«, aseguró Fernández a periodistas.

El Presidente mantuvo esta tarde una reunión bilateral con su par venezolano, Nicolás Maduro, en el marco de la cumbre que se realizó en el Palacio de Itamaraty, con 11 mandatarios, lo que significó el retorno de Venezuela a los foros regionales sin excepciones.

Lula defendió su postura sobre Maduro

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó que nadie está obligado a estar de acuerdo con sus opiniones sobre Venezuela, al comentar las críticas realizadas por los mandatarios de Chile, Gabriel Boric, y de Uruguay, Luis Lacalle Pou, por haber dicho que el gobierno de Nicolás Maduro era blanco de narrativas en su contra.

«Maduro forma parte de nuestro continente y hubo mucho respeto con la participación de Maduro; nadie está obligado a acordar con nadie, es así que vamos haciendo el diálogo democrático», dijo Lula ante una pregunta al término de la cumbre sudamericana.

Boric y Lacalle Pou criticaron que Lula se haya referido a «narrativas» sobre las acusaciones de violación de derechos humanos que pesan sobre Maduro.

El mandatario brasileño nuevamente respaldó a Maduro y dijo que tanto Venezuela como él, con su condena por persecución política, fueron víctimas de «narrativas » o relatos realizados por rivales políticos.