La economía de Estados Unidos registró un fuerte crecimiento interanual de 3,5% en el tercer trimestre, según las primeras estimaciones del Departamento de Comercio.

Aunque representa una desaceleración respecto a los tres meses anteriores (+4,2%), el ritmo del tercer trimestre, sostenido por un fuerte consumo, es superior a las previsiones de los analistas, que apostaban por un 3,3%.

Las tensiones comerciales y una baja de las exportaciones de bienes estadounidenses (-3,5%) -principalmente la soja golpeada por las represalias aduaneras chinas- explican la desaceleración respecto al segundo trimestre.

Por otro lado, las importaciones aumentaron fuertemente (+9,1%), a pesar de los aranceles. Pero a nivel general, fue el consumo, la locomotora tradicional de la primera economía mundial, la que empujó la expansión en el trimestre julio-septiembre.

Los gastos de los consumidores crecieron 4%, un máximo en casi cuatro años, lo que representó 2,7 puntos en el crecimiento.

Del lado de las empresas, las inversiones se trancaron un poco (-0,3%) y el sector inmobiliario también experimentó un mal momento (-4%).

El crecimiento de Estados Unidos debería ser este año de 3,1%, según la Reserva Federal, que recientemente elevó su previsión; el FMI prevé 2,9%.