El proyecto de ley de nuevas libertades y nuevas protecciones para las empresas y los activos, conocida como la ley del trabajo o ley El Khomri, por la ministra de Trabajo Myriam El Khomri, ha causado la respuesta de los sindicatos y de estudiantes.

La ministra El Khomri defiende esta reforma que propone “a la vez nuevas flexibilidades a las empresas para mejorar la competitividad de nuestra economía y nuevas protecciones, nuevos derechos para los asalariados” y la considera “un verdadero impulso para la democracia social de nuestro país”.

La nueva ley permitirá que las empresas puedan despedir a trabajadores si reduce beneficios sin entrar en pérdidas y las bajas laborales por enfermedad dependerán exclusivamente de los convenios colectivos y dejarán de estar garantizadas por ley.

Las indemnizaciones por despido improcedente también se verán reducidas: pasarán de un mínimo de doce meses de salario a seis meses y solamente si el trabajador llevaba al menos dos años en la empresa.

La ley del trabajo ha generado semanas de movilización en las calles, con manifestaciones multitudinarias en todo el país. El 9 de marzo se manifestaron entre 200.000 y 450.000 personas contra este proyecto de ley.

El 24 de marzo fue otra jornada de lucha, con manifestaciones menos masivas a lo ancho y largo del país. En París, la violencia policial contra un adolescente de 15 años de raza negra que se manifestaba contra la reforma gubernamental generó gran indignación y nuevas protestas, llegando a ser atacadas dos comisarías de policía.

En respuesta a la movilización en contra del proyecto, el pasado 24 de marzo el Consejo de Ministros francés aprobó una versión modificada respecto al borrador inicial.

Algunas de las medidas más duras finalmente retiradas incluían no garantizar la baja por muerte de un familiar cercano o aumentar de 12 a 16 el número de semanas consecutivas con 44 horas de trabajo pero la filosofía de la ley no varía.

Según un sondeo del periódico Le Parisien, el 71% de los franceses está en contra de la nueva ley del trabajo. Los votantes del Frente Nacional, con un 83%, son los más reacios a esta reforma, seguidos por los de izquierda (70%).