El liberal Emmanuel Macron se impuso hoy en la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Francia, y disputará el balotaje del 7 de mayo con la ultraderechista Marine Le Pen, quien quedó en segundo lugar, con lo que el país europeo vivirá un duelo inédito sin la participación de los partidos tradicionales de derecha e izquierda que dominaron el panorama político en las últimas décadas.

La eliminación de la carrera al Elíseo del conservador Francois Fillon y al izquierdista Jean-Luc Mélenchon, allanó el camino a Macron, al que muchos franceses otorgaron su confianza a último momento porque lo veían con más posibilidades de aglutinar el voto anti Le Pen.

«En un año, hemos cambiado la cara de la política francesa», celebró Macron, de 38 años, quien con su joven iniciativa ¡En Marcha! se erigió como el candidato del establishment para hacer frente a la decepción y frustración ciudadana con la élite política en el poder.

En su bunker electoral y frente a una multitud de simpatizantes que cantaban victoria, Macron, hasta hace unos meses ministro de Economía del actual gobierno socialista, aseguró que «no existe más que una Francia, la de los patriotas dentro de una Europa que nos protege».

«El desafío es abrir una nueva página en nuestro país para que todos puedan encontrar su lugar», añadió el candidato antes de prometer que intentará «unir» a los franceses para vencer en la segunda vuelta la ultraderechista y anti europeísta Le Pen.

Con el recuento de la primera vuelta todavía en marcha, empezaron a publicarse sondeos sobre el balotaje, que Macron ganaría con el 62% de los votos frente al 38% de Le Pen, según el instituto demoscópico Ipsos.

En la primera vuelta, con el 85% de los votos escrutados, Macron conseguía el 23,36% de los votos, frente al 22,42% de la candidata de 48 años del xenófobo Frente Nacional (FN) francés.

En el tercer y cuarto puesto se ubicaban el conservador Francois Fillon y el izquierdista Jean-Luc Mélenchon, con un 19,80% y 19,18%, respectivamente.

El resultado de las elecciones, las más reñidas y abiertas de la historia reciente de Francia, confirmó los pronósticos de los últimos días de una campaña electoral que finalizó con el sobresalto de un atentado reivindicado por la milicia Estado Islámico (EI), que acabó con la vida de un policía en los Campos Elíseos de París tres días antes de la cita con las urnas.