Corea del Sur y Corea del Norte celebraron hoy una ceremonia simbólica, que marcó la inauguración del proyecto de modernización y reconexión por vía ferroviaria y por carretera de los países vecinos, y que podría convertirse en una puerta a Europa.

La ceremonia se inició en la estación norcoreana de Panmun en la ciudad fronteriza de Kaesong, hasta donde se desplazaron en un tren especial unos 100 surcoreanos, entre ellos los ministros de Transporte, Kim Hyun-mee; y de Unificación, Cho Myoung-gyon, líderes parlamentarios, funcionarios y expertos técnicos, informó la agencia de noticias EFE.

El responsable del órgano encargado en el Norte de las relaciones intercoreanas, Ri Son-gwon, y el viceministro de Ferrocarriles, Kim Yun-hyok, encabezaron la representación norcoreana en el evento, que fue de alrededor de otro centenar de personas, según recogió la agencia surcoreana de noticias Yonhap.

La reconexión fue acordada por Seúl y Pyongyang en la cumbre que celebraron en abril el presidente surcoreano, Moon Jae-in, y el líder norcoreano, Kim Jong-un, quienes en su encuentro posterior en Pionyang en septiembre prometieron celebrar una ceremonia para conmemorar el inicio del proyecto, que se retrasó durante meses.

El retraso se produjo por la reticencia del Comando de Naciones Unidas, liderado por Estados Unidos, a permitir el acceso de los materiales necesarios para un estudio de campo del estado de las vías en el Norte, alegando problemas de procedimiento.

El bloqueo fue interpretado como una muestra del descontento de Washington ante una posible violación de las sanciones impuestas al gobierno norcoreano y la aceleración de la cooperación intercoreana en un momento en el que las negociaciones de la Casa Blanca con el Norte sobre su desnuclearización parecen estancadas.

La ONU concedió finalmente a Seúl una exención a las sanciones a finales de noviembre que permitió la primera inspección ferroviaria de este tipo desde 2007, cuando las dos Coreas realizaron un estudio en la vía que une Kaesong con Sinuiju, situada en el noroeste de Corea del Norte, en la frontera con China.

La ceremonia tiene carácter simbólico y no marca el comienzo real de la construcción de la infraestructura necesaria, que el Sur ha dicho que se desarrollará en función de la evolución de las negociaciones de desnuclearización y las sanciones.