El papa Francisco pidió hoy orar para «que la debilidad que nos induce a pecar jamás se transforme en corrupción».
«Oremos a Dios para que la debilidad que nos induce a pecar jamás se transforme en corrupción», pidió este viernes el pontífice en la homilía de la misa matutina celebrada en la Capilla de la Casa de Santa Marta.
Durante su mensaje subrayó que «el demonio induce a los corruptos a no sentir», a diferencia de otros pecadores, «la necesidad del perdón de Dios».
«Se puede pecar de tantas maneras y por todo se puede pedir sinceramente perdón a Dios, sabiendo sin dudar que aquel perdón será obtenido. El problema nace con los corruptos. La cosa pésima de un corrupto es que un corrupto no tiene necesidad de pedir perdón, porque le basta el poder sobre el que se basa su corrupción», criticó.
“Hagamos hoy una oración por la Iglesia, comenzando por nosotros, por el Papa, por los obispos, por los sacerdotes, por los consagrados, por los fieles laicos: ‘Pero, Señor, sálvanos, sálvanos de la corrupción. Pecadores sí, Señor, lo somos todos, ¡pero corruptos jamás!”, exclamó el pontífice.