El mapa nacional de las grandes plantas de empacado de carnes (carne de res, de puerco, y de aves de corral) que ahora están cerradas, o que solo están trabajando parcialmente, coincide directamente con los condados que tienen una gran incidencia de casos de COVID-19. Las plantas funcionan como focos críticos localizados, dadas las pésimas condiciones de trabajo, a saber, abarrotadas, de bajos salarios, y extenuantes. Además de los trabajadores que han contraído el virus, otra docena de trabajadores no están yendo a trabajar, por miedo a enfermarse. El procesamiento de carne concentra una de las proporciones más altas de trabajadores indocumentados de todos los sectores de la economía.

La reconfiguración de los mataderos de animales en Estados Unidos durante las últimas décadas, que pasaron a ser unas cuantas plantas gigantescas, propiedad de un cartel de un puñado de compañías, estaba garantizado que sería un desastre en lo que corresponde a la seguridad del suministro de alimentos, las condiciones de trabajo y la sanidad pública. Ahora, este sector está propagando el virus, y está reduciendo los suministros de carne.

Además de las plantas gigantes que están cerradas en Dakota del Sur, Iowa, Colorado y Minnesota, están también en la mira las enormes instalaciones de JBS Packerland en Green Bay, Wisconsin. El diario Milwaukee Journal Sentinel informó el 23 de abril sobre la situación nacional.

El diario sintetiza los resultados de un estudio de la pandemia y del empacado de carne que hizo el Midwest Center for Investigative Reporting y el diario USA Today: «Más de 150 plantas procesadoras de carne más grandes de Estados Unidos, funcionan en condados donde la tasa de infectados por coronavirus se encuentra entre las más altas a nivel nacional…

“Estas plantas representan más de la tercera parte de las más grandes plantas procesadoras de carne de res, puerco y aves de corral a nivel nacional. Este estudio encontró que la tasa de infecciones en torno a estas plantas es más alta que en el 75% de los otros condados de Estados Unidos.

“Y aunque los expertos aseguran que la industria hasta ahora ha mantenido una producción suficiente a pesar de que, para este miércoles en la tarde, al menos 2,700 trabajadores se habían infectado [con COVID-19] en 60 plantas de procesamiento hasta ahora, se teme que estas plantas empacadores de carne se conviertan en zonas de desastre».

Esta semana varias plantas más pequeñas también cerraron o están trabajando parcialmente: La planta de carne porcina Smithfield de Martin City, Missouri. La planta Smithfield de Cudahy, Wisconsin solo está trabajando parcialmente hasta ahora. En Michigan occidental, la planta procesadora de carne de res de JBS está cerrada.

Esto está ocasionando estragos entre los granjeros y los ganaderos. Ellos ya comenzaron a establecer planes de contingencia en los estados del cinturón agropecuario para sacrificar a los puercos. En Canadá los granjeros han comenzado a hacer esto en las provincias del Este, según informó hoy el Canadian Pork Council.