La crisis que afecta desde hace semanas a Hong Kong se agravó hoy con la suspensión de todos sus vuelos a raíz del recrudecimiento de las protestas contra el gobierno, mientras que China volvió a condenar a los manifestantes, pero hoy tratándolos de terroristas y advirtiendo que sus actos «ponen en peligro el orden jurídico y social» de la convulsionada isla.

China, a través del portavoz del gobierno para los asuntos de Hong Kong y Macao, Yan Guang, condenó enérgicamente «la violencia extrema a comisarías y policías perpetradas este fin de semana» y subrayó que «estos actos terroristas ponen en peligro el orden jurídico y social del país y son una grave amenaza para sus habitantes».

En rueda de prensa en la que no admitió preguntas, Yan dijo que China «renueva el apoyo a la policía y al sistema judicial autónomo de Hong Kong».

La autoridad aeroportuaria de Hong Kong anunció hoy la suspensión de todos los vuelos por la presencia en la terminal de miles de manifestantes, que trasladaron las protestas que desde hace dos meses acosan al jaqueado gobierno de Carrie Lam, a uno de los aeródromos más transitados de la región.

La medida está motivada por los «graves» incidentes registrados en las instalaciones, donde los pasajeros han tenido problemas para pasar los controles de seguridad, según el diario local South China Morning Post, citado por la agencia de noticias Europa Press.

Así, solo se permitirá la salida de los vuelos que hayan completado el proceso de facturación y el aterrizaje de los que ya estén de camino.

La de hoy es la cuarta jornada de protestas consecutivas en el aeropuerto, principal escenario ahora de una movilización opositora que puso contra las cuerdas al gobierno.

Las pacíficas manifestaciones que comenzaron a finales de marzo contra un polémico proyecto de ley de extradición a China -cuyos opositores interpretan como una vulneración de los derechos de los detenidos- mutaron en protestas, varias violentas, por todo Hong Kong, en un gesto de rebelión contra un gobierno al que buena parte de la población considera como una mera extensión de las autoridades de Beijing, que ignora la independencia judicial del territorio.

En paralelo, Corea del Norte expresó hoy su apoyo a China por su manejo de las protestas.

«Nuestra posición desde el principio es que no se debe permitir que ninguna entidad o individuo destruya la soberanía y la seguridad de China», indicó un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Corea del Norte, según publicó la agencia estatal norcoreana de noticias, KCNA.

Las declaraciones muestran las buenas relaciones entre Corea del Norte y China después de la visita del mandatario chino, Xi Jinping, a Pyongyang en junio.

China es el socio comercial más importante de Corea del Norte y una fuente clave de alimentos y combustible, lo que le da a Beijing una influencia significativa sobre Pyongyang.