Históricamente en nuestro país, en principio en el noreste, se acostumbra llegado el 1 de agosto a beber una poción «mística», que pretende estimular el sistema de defensa natural que poseemos los seres humanos frente a las enfermedades durante el invierno, y que forma parte de un culto ancestral que se rinde en homenaje a la Madre Tierra o Pachamama, ya que es la jornada en la que se celebra su día.

El surgimiento de esta tradición se remonta a la época de los guaraníes, quienes ingerían esta bebida, ya que en el mes de agosto se producían grandes lluvias que, junto al frío estacional, provocaban enfermedades epidemiológicas que llegaban incluso a diezmar las aldeas.

Los nativos, para combatir los males, recurrían a sus chamanes que elaboraron un remedio consistente al mezclar hierbas con licores, del cual debía beberse un trago al comenzar la estación de las lluvias chaqueñas.

Según esta tradición, cada 1 de agosto al levantarse y en ayunas, se toma tragos de caña con ruda (generalmente tres) para atraer la salud y la suerte y alejar los maleficios.

Un conocedor en Rosario y ferviente seguidor de esta costumbre es Román Satarain, quien con su familia, un mes antes de esta fecha se reúnen a preparar el brebaje para dejarlo macerando durante un mes hasta el 1 de agosto.

Conclusión le consultó cuando comenzó a seguir a rajatabla esta tradición, a lo que el entrevistado aseguró que «esto viene de chiquito. En mi casa nos acostumbraron que el 1 de agosto se toma caña con ruda».

«Viene de mis abuelos. Ellos tienen parientes que vienen del norte, de los pueblos originarios. Es una ofrenda para la Pachamama. Comienza en el norte pero después se transformó en una tradición que extendió a todo el país y países del alrededor que también lo hacen», añadió Satarain.

El hombre explicó que «hace muchos años había una estadística que las personas se morían más en esta fecha por el frío y por la lluvia. Esta tradición era para fortalecer la salud».

El fiel seguidor de esta costumbre, quien además es verdulero de oficio, contó que en los lugares donde el frecuenta se respeta mucho esta «ofrenda» y sobre todo se comparte.

«Yo voy al mercado central y es una costumbre. En cada puesto cuando uno va hay caña con ruda para compartir», mencionó Satarain.

Para él, esta poción a la que se le adjudican propiedades curativas, «es para purificar el alma, para dejar atrás el año. Después de esta fecha comienzan a crecer las flores de primavera. Es para limpiar y para compartir».

Consultado por su opinión sobre esta costumbre argentina y tradicional ingesta de la caña con ruda el 1 de agosto, Satarain respondió: «Esta costumbre no se va a frenar. Cada vez somos personas las que seguimos esta tradición».