Con el propósito de esclarecer acerca del 25% de aumento en los salarios que reclama el sector de Empleados de Comercio que trabaja en la Bolsa de Comercio de Rosario, y otras reivindicaciones, los trabajadores señalaron que ese no es un porcentaje caprichoso, sino que «es imprescindible» para lograr la igualación salarial a funciones similares de otro gremio.

El desfasaje producido no se debe sólo a cuestiones paritarias, sino a la modalidad de la Bolsa de pagar sobre básicos de convenio y no sobre los reales de empresa (2010, 2011, 2012), devaluando el salario, injusticia que fue expresada como deuda pendiente por el propio presidente de la entidad, Raúl Meroi, en la despedida de año a los trabajadores.

El aumento adicional ofrecido por la Bolsa, del 10%, no hace corrección alguna y es considerado -por la patronal- como un ajuste inflacionario para todos los trabajadores de la entidad, diluyendo el reclamo presentado por los delegados.

En cuanto a gratificaciones especiales, son dadas todos los años a todos los trabajadores de la Bolsa, sin reparar la brecha mencionada sino ampliándola más. En definitiva, los trabajadores mercantiles están discriminados notablemente en la distribución salarial.

Para graficar esto, éste ejemplo: dos empleados que hagan la misma tarea, uno perteneciente a Empleados de Comercio y el otro a un gremio distinto, perciben salarios diferentes ya que el trabajador mercantil cobra el 25% menos.

Finalmente, la Bolsa no concurrió a la audiencia ante el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social en abril de este año, cuando fue notificada para tratar estos y otros temas, como la antigüedad de los básicos reales (cuya remisión de las actuaciones al área legales del Ministerio para que se emita dictamen, según acta del 12/03/14, la Bolsa rechazó).

El diálogo implica una voluntad de escucha, en pos de un acuerdo, que no se logrará con el acto reflejo de respuestas negativas a todos y cada uno de los reclamos sin siquiera ser tratados, no reconociendo ninguna circunstancia, aduciendo políticas salariales como resorte exclusivo de su organización y dirección (como lo fue lo ocurrido en política salarial entre los años 2010 y 2013, en desmedro de los trabajadores). Eso, según los trabajadores mercantiles, no es voluntad de diálogo, sino sostener una situación injusta.