Los tarifazos resultan cada día más implacables para el conjunto de los argentinos. Pero como ocurre la mayoría de las veces, los sectores más vulnerables y las pequeñas y medianas empresas así como los pequeños comercios, son los más perjudicados. Reunir el dinero suficiente para solventar los gastos del negocio y hacerse cargo del pago de los servicios básicos como lo son el gas y la luz, es toda una odisea y resulta cada vez más complicado. Y lamentablemente, al final de cuentas, la única salida que se vislumbra es la quiebra.

La tradicional empanadería “El Gran Pipón”, ubicada en Italia y 3 de febrero, no fue la excepción y debido a la crisis provocada por la suba de tarifas y la caída de las ventas, no tuvo más alternativa que cerrar sus puertas. Tras 37 años, el local gastronómico bajó la persiana.

Miguel Di Nanno, dueño del mítico lugar, recibió a Conclusión y su cara no hizo más que reflejar la angustia y el dolor de una persona que se encuentra entre la espada y la pared, sin ninguna alternativa y solución a la vista.

Sin ganas de exponerse ante las cámaras, se limitó a admitir que muy a su pesar, el cierre del negocio ya está decidido y no hay vuelta atrás. Brevemente explicó que entre las tarifas de servicios, los impuestos, el alquiler y las leyes sociales “se hizo una pelota tan grande” que tuvo que tomar la determinación de cerrarlo. “Sencillamente no lo puedo pagar”, resumió.

No es el único

Otros bares de la ciudad también sienten la crisis. Así, el bar “La Fávrika”, ubicado en Tucumán al 1800, es otro de los emblemáticos lugares rosarinos que se encuentra en alerta y al límite de sus posibilidades.

Héctor, uno de los titulares del restó, dijo a Conclusión que “el incremento terrible de los servicios, tanto de luz como de gas, llevan a una tarifa que es impagable”.

“Nos piden que hagamos planes de pago pero ya tenemos planes de pago hechos por tarifas anteriores y se hace insostenible tener el negocio abierto de esta manera”, expresó indignado.

A modo de ejemplificar la difícil situación que atraviesan, reveló que la actual tarifa de luz supera los 60 mil pesos. “El importe de la anterior boleta de luz rondaba los 50 mil pesos y se hizo con plan de pago y ahora la última factura que vino supera los 60 mil pesos, o sea que estamos pagando más del doble que el alquiler”, especificó Héctor lleno de bronca.

Luego reflexionó y manifestó que “si siguen con este sistema, tarde o temprano los negocios van a empezar a cerrar, porque te pasan por encima los gastos, no hay manera que te quede margen de ganancia”.

“Con ‘La Favrika’ estamos hace 10 años, es un lugar emblemático. Somos propietarios desde el 2009 y nunca vivimos una situación similar. No hay ningún descuento, ninguna tarifa diferenciada para los comercios. Uno no puede vivir haciendo planes de pago, es imposible sostener el negocio”, finalizó.

Asimismo el bar “El Resorte”, localizado en Jujuy al 2400, es otro de los que se encuentra al rojo vivo. Ariel, uno de los representantes del lugar, dijo a Conclusión que la última factura de luz supera los 100 mil pesos.

El panorama no parece alentador y de no haber ciertas modificaciones que brinden un suspiro a los comerciantes, y les permitan afrontar los tarifazos de otro modo, el cierre de negocios podría convertirse en un efecto en cadena, afectando de manera global a la Argentina.