El Sindicato del Personal Químico y Petroquímico (SPIQyA San Lorenzo) realizó este lunes una concentración frente al Ministerio de Trabajo de la provincia de Santa Fe para reclamar la reincorporación de un trabajador despedido por la empresa farmacéutica Synthon.

«Tuvimos la semana pasada el despido con causa de un compañero. La empresa lo plantea como que es un hecho aislado y por pérdida de confianza hacia el compañero. A nosotros nos parece que es una estupidez que no tiene ningún tipo de asidero», cuestionó el secretario general del gremio, Julio Barroso, en declaraciones a Conclusión.

Desde el Sindicato de Químicos y Petroquímicos aseguran que en ningún momento tuvieron acceso al informe que elaboró la empresa para justificar el despido y sostienen que en realidad el hecho forma parte de una serie de hostigamientos hacia los trabajadores y su organización interna.

Los trabajadores de la farmacéutica plantearon ante este medio que el clima laboral comenzó a degradarse cuando en los últimos días de enero, momento en el que la planta estaba paralizada y los empleados gozaban de sus vacaciones, la empresa decidió modificarle los turnos de trabajo, medida que impactó sobre la economía del personal.

«El despido de nuestro compañero tiene de fondo un ataque permanente. Desde enero nos cambiaron la modalidad de los turnos rotativos. Eso nos llevó a un impacto económico de una pérdida de entre 20 y un 30% del salario. Es un montón. Hay muchos compañeros que se dieron por despedidos», lamentó este lunes el delegado gremial David Martínez, en diálogo con Conclusión.

«No solamente eso, cuando tuvimos la reunión con la empresa, la dirección de la firma manifestó su intención de también despedir a un compañero que era delegado y a otro más que justo se había dado por despedido. En este marco, le dijeron al compañero ya despedido que no le iban a pagar indemnización», añadió el referente gremial

Ante este escenario, los trabajadores iniciaron un cese de actividades por tiempo indeterminado en la planta de Synthon. La medida de fuerza tiene un doble objetivo: por un lado, conseguir la reincorporación del empleado despedido; por otro, que cese el hostigamiento patronal sobre el conjunto de los trabajadores organizados.