Por Carlos Duclos

Pocas posibilidades existen de que el nivel alarmante de delitos que asolan al pais, al país en su totalidad, se atenúe si el gobierno nacional no aplica políticas serias, verdaderas, en materia de seguridad y acciones responsables que bajen el alarmante nivel de pobreza existente, una de las causas del delito. Para esto último, es menester reactivar el mercado interno, que se ha visto resentido en los últimos meses por una recesión proverbial. Si la inflación ha bajado un poco, es porque se ha enfriado la economía, lo que significó más personas pobres este año en el país, como lo ha informado el Observatorio Social de la Universidad Católica Argentina.

Contrarrestar esta triste realidad con discursos puede servir por un tiempo, pero no por siempre. Pretender convencer a la sociedad de que la inseguridad se habrá de combatir con una nueva policía (como lo supone el gobierno porteño de Cambiemos, por ejemplo) y encima presentar a esa Policía con un helicóptero alquilado para la ocasión y ploteado por un rato, bochorno que hizo estallar las redes sociales de indignación y burlas, es muy grosero y preocupante. Suponer que la noticia difundida hace unas horas por las redes por la ministra de Seguridad de la Nación, Bullrich, sobre la incautación de 24 kilogramos de cocaína, conforma, es utópico, porque la sociedad en su conjunto sabe ya que unos kilos poco o nada significan al lado de toneladas.

Y por lo demás, echar sobre las espaldas de los gobiernos provinciales, a través de burdos  operativos de prensa y medios de comunicación adeptos, la responsabilidad de combatir el narcotráfico, es lamentable e inútil además, porque la ciudadanía comienza a informarse de que el tráfico de drogas, padre de otros delitos como los robos, es un ilícito de orden federal, le corresponde al Gobierno Nacional accionar en ese delicado asunto. Ni este, ni anteriores gobiernos se han ocupado debidamente del tema.

Hace unas horas, un cable de la agencia Noticias Argentinas ha informado algo que muestra una parte de la realidad: “La cantidad de insumos para la construcción vendidas al sector privado cayó 17,9% en septiembre último respecto a igual mes del año pasado, informó hoy el Grupo Construya, del que forman parte las empresas líderes del sector. En tanto, el «Indice Construya» acumuló una caída de 14,2% entre enero y septiembre de este año respecto a igual período del anterior”.

No es menor esto, porque bien se sabe que si se cae la construcción hay pocas posibilidades de que el mercado interno se reactive y que, en consecuencia, la pobreza pueda ser mitigada.

Para disimular esta y otras realidades, como la problemática de la pequeña y mediana empresa, o los miles de comercios cerrados o la industria nacional preocupada y herida por la apertura de la importación, el gobierno nacional goza de la alianza de algunos medios que de periodismo hacen poco y de polìtica impura todo. Medios que a cada instante, pasados los meses, siguen hablando de los verdaderos desaguisados del gobierno que se fue, pero que nada dicen de los errores del que llegó.

Medios porteños, algunos, que vaya a saberse con qué propósito (lo de vaya a saberse es una ironía) han denostado y siguen denostando a la ciudad de Rosario y a los rosarinos, calificando a la ciudad como peligrosa, como si en la Capital Federal o en la provincia de Buenos Aires se viviera en el Edén.

A la sombra de mucho desconocimiento sobre ciertas cosas, gracias a algunos medios de comunicación y a la encomiable labor de cierto asesor de imagen, el gobierno nacional, como otros en el pasado,  sobrelleva el peso de ciertos problemas. A veces carga ese peso sobre sectores o gobiernos a los que no les corresponde tal carga. Pero, la realidad no puede disimularse eternamente y la realidad es pobreza, narcocriminalidad y ausencia de polìticas de estado nacionales para superar la angustiante situación. Hay cosas que Cambienos no ha podido comenzar a cambiar.