Por Ricardo Alonso

El gobernador Omar Perotti no tuvo la suerte del presidente Alberto Fernández, que fue acompañado por todo el arco opositor en sus trascendentales decisiones para enfrentar la pandemia de coronavirus en Argentina.

En Santa Fe, más que nada lo que se ve es una abulia que poco se parece a un respaldo explícito y cerrado. Es más, muchos diputados provinciales frentistas presentan sus propios proyectos, como endurecer penas y multas por incumplimiento de las restricciones nacionales, sin consultar con el gobierno que tiene la centralidad de la acción como se impone en las crisis. No hubo, como a nivel nacional, una reunión de los bloques opositores para respaldar lo actuado por la provincia que fue mucho y a tiempo, en absoluta consonancia con el gobierno nacional.

Perotti habló con el presidente de la Cámara de Diputados Miguel Lifschitz después de mucho tiempo. El ex gobernador le transmitió la posibilidad del tratamiento de la Ley de Necesidad Pública la semana próxima. Una ley que el Ejecutivo Provincial pidió desde el principio para saldar cuentas y quebrantos heredados, pero que sin embargo nunca le quisieron dar. Ahora, esa misma ley tendrá un efecto mucho menor de cara al escenario extremadamente complejo desde el punto de vista económico que se planteará para Santa Fe.

> Te puede interesar: Diputados sesiona el miércoles por la Necesidad Pública: acercamientos pero aún sin consenso

Pero también se presenta como una concesión que Lifschitz le haría a Perotti (no a los santafesinos) atendiendo las urgencias que plantea la pandemia. Es más, en redes sociales algunos legisladores frentistas aún se preguntan «¿Qué tiene que ver el coronavirus con la privatización de la API?», tratando de buscar un resquicio mezquino para seguir impidiendo el tratamiento de la Necesidad Púbica, con una falsedad absoluta: en ningún punto el proyecto de ley plantea «privatizar» la Administración Provincial de Impuestos. Lo único que refiere es la autorización para contratar consultorías externas para hacer más eficiente la recaudación. Un punto que, por cierto, hoy no tiene demasiada gravitación en orden a lo que se supone será una caída estrepitosa de la recaudación por la falta de actividad económica en el marco del parate decretado para mitigar la propagación del virus.

Está presenta esa idea que tiene la oposición en Santa Fe: sólo el socialismo puede hacer una buena gestión, lo cual obtura la mirada e impide cualquier autocrítica sobre las cosas que se hicieron mal.

Lo mismo sucedió en ocasión de la convocatoria a expertos en salud para aprovechar sus consejos para constituir una mesa de trabajo efectiva en la provincia, que pueda monitorear las acciones públicas que se toman. Antes de la convocatoria, el socialismo presionó en la opinión pública para que sean convocados sus ex ministros de área y otros profesionales afines. Se hizo no desde el sentido de un aporte a la urgencia, sino más bien desde la convicción de que era necesario mostrar que el actual gobierno no tendría cuadros técnicos ni políticos para afrontar la crisis. Por supuesto, Perotti convocó a todos y su gesto incluso fue celebrado en las redes por Lifschitz. Pero previamente había estado presente esa idea que tiene la oposición en Santa Fe de que sólo el socialismo puede hacer una buena gestión, lo cual obtura la mirada e impide cualquier autocrítica sobre las cosas que se hicieron mal.

> Te puede interesar: Fernández evalúa decretar la suspensión de los cortes de servicios de luz, gas y agua

Es esa misma mirada, la que parece no haber tomado nota de que se perdió una elección y de que hay un nuevo gobierno en la provincia que intenta hacer las cosas de manera diferente. Esa posición es la que impidió a Perotti hacer su propio Presupuesto 2020, la que retaceó todo este tiempo las herramientas para sortear la crisis y la que ahora acompaña, pero sin pasión, las decisiones del Ejecutivo en la crisis.

Olvidan la mirada de la sociedad en esta coyuntura donde la acción del Estado vuelve a ser reivindicada. Donde está más claro que nunca que las salidas son comunitarias, y donde no queda espacio para ningún tipo de especulación política.