Por Fabrizio Turturici

La relación entre el gobierno y los gremios volvió a tensarse ayer, luego de que Mauricio Macri pidiera una “renovación sindical” en pos de “rediscutir los convenios laborales” para mejorar la generación de trabajo. Contrariadas, las organizaciones sociales en su plenitud acusaron al presidente de buscar -con esta premisa- la flexibilización laboral.

El reclamo que bajó desde Casa Rosada simboliza la voluntad oficialista por dinamitar a la oposición de cara a las elecciones legislativas de 2017: con esto, Macri le pegó al peronismo donde más le duele. Un dardo al corazón. Y los dirigentes –en este caso, todos decididos a tironear para el mismo lado- no demoraron en salir a responderle.

El sindicalismo puso la voz en el cielo al decir que “lo que queda implícito en las palabras de Macri, es que busca romper con los derechos que tanto nos costaron conquistar”. Asimismo, uno de los altos referentes del movimiento sindical a nivel nacional se refirió a la ley de Emergencia Social y le confió en reserva a este medio que si el presidente la veta, “iremos al paro general”.

“Si Macri veta la ley de Emergencia Social, iremos al paro general. No queda otra opción”

En una visión contrapuesta, Sergio Massa, dispuesto a ponerle paños fríos a la situación, acompañó al gobierno en la discusión al decir que “el hecho de rediscutir los convenios laborales no necesariamente expresa suprimir derechos conseguidos, sino que puede representar la resignificación de los mismos”. Y acordó con que los convenios laborales “no están actualizados” a los nuevos vientos que soplan en Argentina y el mundo.

Dentro del ámbito gubernamental, muchos sostienen que estas palabras de Macri caerán como un baldazo de agua fría en los sindicatos y significarán un giro copernicano en la relación contenida que el gobierno venía teniendo hasta ahora con los gremios. El fin de la tregua, aunque sea a regañadientes.

Para los gremialistas, en cambio, el trasfondo de que Macri haya pedido una renovación sindical y la rediscusión de los convenios laborales significa, cuando se corre el velo, “la vieja y típica receta neoliberal que luego de llegar al poder y aplicar una economía agresiva para el bolsillo de los trabajadores, busca debilitar a los sindicatos para instalar la precarización y flexibilización laboral. De ninguna manera vamos a permitir que esto pase”.

“Están buscando la flexibilización laboral”

Tal vez el presidente dé en la tecla cuando apunta a que muchos estatutos no son democráticos, y quizás sea hora de rever aquellos convenios laborales que no son revisados desde el siglo pasado, teniendo en cuenta el torbellino revolucionario que mantiene al mundo en permanente estado de cambio en múltiples ámbitos. Pero el contexto no es el mejor, en un país donde la economía no arranca, las inversiones anunciadas brillan por su ausencia y el bolsillo de los trabajadores se ve fuertemente debilitado por una política fiscal hostil que no da respiro.

Sobre esta lógica de realidad social caminan la mayoría de los dirigentes: “Este gobierno quiere que todos seamos como el Momo Venegas; pero no podemos defraudar a los trabajadores que realmente la están pasando mal, solamente para complacer al presidente”, abunda la fuente.

Por otro lado, el líder de una de las centrales más importantes del país consideró que “si la cosa persiste, si la economía no logra repuntar y quienes pagan este brutal ajuste son los trabajadores, nuestra relación con el gobierno va a ser siempre de confrontación. Es que no hay punto de acuerdo cuando se deja en la calle a un laburante. Y por lo que vemos, la política económica macrista no cambiará su rumbo, por lo que siempre tendremos una relación conflictiva”.

“Si la cosa persiste, nuestra relación con el gobierno va a ser siempre de confrontación”

A la vieja pregunta de si los gremios son los que están impidiendo, mucho más en este escenario, un verdadero estallido social, el secretario general en cuestión convino que “ése no es el papel que deberíamos tener los dirigentes, porque de esta manera se estaría dando la espalda a los trabajadores. Los gremialistas deberíamos acompañar la expresión del pueblo, no ir contra ella. La realidad hoy en día es que gran parte del sindicalismo trabaja para eso, pero a mí no me parece”.

“Para diciembre falta todavía, no sé qué va a pasar. No me quiero adelantar. De lo que estoy seguro es que si el presidente veta la ley de Emergencia Social, iremos a un paro general”, enfatizó el gremialista.

“No sé qué va a pasar en diciembre”

En síntesis, consideró que “esta ley es un paliativo, claro que no viene a resolver de fondo los problemas estructurales que tenemos en Argentina. Pero es una iniciativa que ayudará, al menos dará un respiro a los trabajadores. Por eso la acompañamos. Si sale del Congreso y el Presidente la veta, iremos al paro general. Quiero subrayar esto: si Macri la veta, vamos a ir al paro. No encuentro otra solución: en caso de que no nos pongamos de acuerdo, quedará demostrado que gran parte del sindicalismo argentino trabaja para este gobierno y no para los trabajadores”, concluyó.