Los fiscales a cargo de la UFI AMIA solicitaron la colaboración de dos agencias de investigación de Estados Unidos que tuvieron participación durante los primeros años de la instrucción judicial del atentado del 18 de julio de 1994, a fin de completar el inventario de materiales a los que esos equipos extranjeros tuvieron acceso.

En agosto de 1998 un equipo del FBI presentó a la justicia argentina un informe denominado «Análisis del Atentado contra la Sede de la Asociación Mutual Israelita-Argentina (AMIA) 18 de julio de 1994, Buenos Aires, Argentina» en el que indicó que había tomado contacto con los restos del vehículo hallado en el lugar de la explosión.

Había detectado así «una pieza de género, con manchas posiblemente orgánicas, incrustada en un pieza retorcida de un amortiguador cuyo examen podría haber resultado útil a la identificación de personas», se informó.

A pesar de ello, todas las medidas adoptadas oportunamente por la Unidad Fiscal a fin de determinar la existencia de tal elemento resultaron «infructuosas hasta ahora», por lo que se solicitó al agregado jurídico de la Oficina Federal de Investigaciones de la Embajada de Estados Unidos en la Argentina su «colaboración para ubicar la documentación de respaldo que pudiera aportar».

«En particular de aquella vinculada al trozo de denim aludido en el informe del FBI, así como de cualquier otro efecto vinculado al caso», se informó el en sitio oficial del Ministerio Público.

Por otro lado, la UFI-AMIA (que integran Roberto Salum, Leonardo Filippini y Santiago Eyherabide) también informó que surge de las constancias de los primeros años de la investigación que algunos elementos fueron enviados al Laboratorio Nacional de la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego, por lo que se solicitó también colaboración diplomática a Estados Unidos «para dar cuenta del estado actual de tales elementos y, en su caso, de los resultados de los informes que hubieran practicado».

Los pedidos, no obstante el tiempo transcurrido, «se justifican en la necesidad de precisar y ordenar el material disponible además de, eventualmente, poder sumar elementos de estudio al amplio examen genético que se viene llevando adelante sobre las muestras orgánicas colectadas en la investigación».