Por Facundo Díaz D’Alessandro
El avance de la pandemia del coronavirus sobre la vida humana tiene a todos alrededor del mundo en estado de aflicción y Rosario no es la excepción.
Ante ese panorama desolador que cruza el océano, a través de imágenes que muestran países del primer mundo arrasados por el Covid-19, con sus sistemas sanitarios colapsados, eligiendo a qué paciente “descartar” y sacrificando las economías en el altar de la salud -el bien, ahora se sabe (¿acaso no siempre lo supimos?), más preciado-, el gobierno argentino decretó hace poco más de un mes el aislamiento social y obligatorio, acatado en cada provincia del país.
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Más allá de procurar y controlar su cumplimiento, los gobiernos municipales deben encarar medidas de distinta índole para prevenir un posible pico de contagios y muertes, una obligación ineludible por más antipática que parezca.
En ese sentido, este jueves el Concejo Municipal se plegó a una serie de decretos firmados por el intendente Pablo Javkin, en uno de los cuales se autoriza al municipio a encarar “un procedimiento excepcional y provisorio para la desocupación de los nichos ubicados en cementerios municipales, cuyo plazo de concesión de uso a perpetuidad se encuentre vencido al día de la fecha”.
Según pudo saber Conclusión, funcionarios de la Dirección de Defunciones y Cementerios de la Municipalidad de Rosario ya comenzaron con ese rastreo mediante la consulta a asociaciones y mutuales que cuentan con panteones en los cementerios La Piedad y el Salvador para establecer una cifra estimada de nichos que estarían disponibles a prestar en caso de que se agrave el cuadro sanitario en la ciudad.
Pedido
Desde la Federación de Mutuales de Santa Fe, más allá de confirmar la comunicación desde el municipio para disponer de los nichos, piden por estas horas que se pueda agilizar el trámite burocrático administrativo para estar en condiciones de ceder la totalidad de sus panteones en caso de que sea necesario.
“Una mutual tiene un panteón con nichos y sus propietarios. Cuando pasa determinado tiempo sin pagar, la mutual está habilitada para desocuparlo, sacar el cajón. Pero no es una cuestión sencilla, se debe hacer una gestión en municipalidad, dar conformidad, después esperar un fallo judicial que autoriza a remover ese ese cadáver y cajón, y después de eso la mutual tiene que hacerse cargo de la incineración del cajón”, detalló Santiago Serrati, secretario de la entidad, en diálogo con Conclusión.
Si bien aclaró que se entiende “que es un momento difícil” y que los funcionarios ante la coyuntura “no pueden estar en todo”, el mutualista sostuvo que ese tipo de trabas burocráticas “son de siempre” y que “a veces pasa un año en la demora de autorizar este tipo de operaciones”.
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“Como disponibles hay unos 130, 150. Estamos hablando de que en Rosario las mutuales tienen casi 50 panteones, que tienen una capacidad de 80 mil nichos. Por esa razón queremos hablar con el intendente y decir bueno, tenemos disponibilidad total para dar, pero resuélvannos este problema. Básicamente, acelerar proceso burocrático administrativo, que es un trámite que hace la Dirección de defunciones para que nosotros podamos avanzar en eso; se desocuparían miles de nichos. Hay un cuello de botella ahí que nos limita para desocupar”, puntualizó Serrati.
A no confiarse
Al momento de escribirse esta nota, en Rosario hay tan sólo una muerte confirmada a causa del Covid-19. En tanto, hay 97 pacientes contagiados, 1782 casos descartados y 60 sospechosos bajo estudio.
La persona fallecida era de nacionalidad chilena, se trata de quien se desempeñara como cónsul del país trasandino en la ciudad.
Desde el momento en que el presidente decretó el aislamiento, con el gobernador santafesino Omar Perotti como uno de sus principales impulsores en un modo estricto, desde la intendencia se trabajó en aras de asegurar el máximo cumplimiento posible de la denominada “cuarentena” así como para adaptar la ciudad a la circunstancia.
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Eso implicó no sólo modificar servicios como el transporte público o toda la atención al público en dependencias municipales sino también preparar centros de aislamiento en lugares no pensados originalmente para eso (por ejemplo el Hiódromo), disponer de camas privadas y estatales, hoteles, la evaluación de cementerios, adaptación de transporte para enfermos, colectivos para llevar a los centros de aislamiento para gente con síntomas, capacitar choferes de transporte público para esos términos, en fin, montar una red de contención que abarca varias áreas para adaptar a la salud cosas que no están hechas para la salud.
Esa preparación se justifica en la espera de un pico que en principio se esperaba para abril, luego se anunció en mayo y ahora se estima llegará en junio.
