Por Facundo Díaz D’Alessandro – Enviado Especial a Santa Fe.- Mientras los presidentes de los países del Mercosur y sus estados asociados llegaron este miércoles, en horas del mediodía, para cerrar la 54° Cumbre de ese bloque regional en la ciudad de Santa Fe, ministros y equipos técnicos de las naciones involucradas fatigan reuniones desde este lunes en el Centro de Convenciones Estación Belgrano.

En el foco de esas discusiones y análisis está el recientemente anunciado acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea (UE), aunque también se afinaron detalles respecto a alguno de los anuncios para este encuentro, como la quita del cobro roaming para quienes viajen dentro de la región.

Sin embargo, en lo que respecta a la cuestión nacional, resultaron elocuentes las declaraciones de los ministros de Hacienda, Nicolás Dujovne, y de Trabajo y Producción, Dante Sica, principales cabezas económicas del Gabinete del presidente Mauricio Macri.

A través de las mismas puede al menos preverse la plataforma económica de un hipotético segundo mandato de la actual gestión: acuerdos de libre comercio, «consolidación fiscal» a toda costa, y posibles reformas en legislaciones laborales, entre otras cosas.

En ese sentido, el titular del Palacio de Hacienda negó que en el Gobierno se evalúe la vuelta a un sistema previsional privado (al estilo de las AFJP) en caso de una reelección de Macri. También evitó referirse a la «reforma laboral» en esos términos, pero consultado por Conclusión aseguró que uno de los «desafíos» será «modernizar la legislación laboral» para «crear empleo».

«Nuestra visión es que el año que viene tenemos que seguir con nuestro proceso de consolidación fiscal, es un desafío muy importante: pasar de equilibrio primario a un superávit de 1 punto del producto el año que viene. Junto con la reforma tributaria de 2017 intentamos modernizar la legilsación laboral, y vamos a insistir con ello, pero nuestra prioridad es consolidar la posición fiscal», expresó.

Asimismo, Dujovne aclaró que la negociación con la UE «es un acuerdo de integración comercial, que de ninguna manera incluye metas acerca de temas macroeconómicos de cada uno de los países», es decir que las mencionadas reformas no son parte condicionante.

«Para poder competir sabemos que tenemos que mejorar el estado de la economía. Argentina tiene que mejorar el entorno macroeconómicos, para sacar provecho de ese acuerdo, exportar más, crear más empleo», aseveró el funcionario.

Respecto a lo estrictamente dialogado con sus pares y los presidentes de los Bancos Centrales del Mercosur, detalló: Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Bolivia (como estado asociado) tenemos un grupo de monitoreo macroeconómico que realiza estudios. En el último tiempo habían estado enfocados en una faceta muy académica, y el proceso de reviltalización del Mercosur tiene que estar asociado a políticas hacia adelante. Se va abocar a temas para ser considerados en próximas reuniones, tiene que ver con medir el impacto macroeconómico de los acuerdos de comercio que hemos negociado o vamos a negociar».

Por su parte, el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, consideró que tanto el acuerdo con la Unión Europea como la Cumbre, «de alguna manera da el envión para tratar de avanzar en la negociación con el Efta, con Canadá».

En esa intención de concertar nuevos acuerdos de libre comercio, el funcionario agregó a «Corea y Singapur, algo que «se tratará durante el año». En línea con lo que después diría el presidente Macri, también mencionó un posible acuerdo con la Alianza del Pacífico.

En tanto, Sica negó que el entendimiento con la UE sea «desequilibrado». «Es un acuerdo muy equilibrado en términos de la relación de demandas y concesiones, tanto lo que ha hecho Unión Europea como el Mercosur, así como equilibrado en distintos sectores, como el industrial y las economías regionales», apuntó.

Consultado por una futura reforma laboral, el ministro evitó (como su par de Hacienda) expresarse en esos términos, pero eligió ponderar la situación de «muchísimos trabajadores en la economía informal y situaciones precarias».

«A nivel tecnológico, los avances en procesos de automatización, nuevas plataformas que generan formas nuevas de trabajo en las cuales tenemos que tener en claro que tenemos que generar un marco que permita garantizar los derechos de trabajadores para lo que denomina la Organización Internacional del Trabajo (OIT) tener un trabajo decente», se explayó Sica.

Inflación, crecimiento y pobreza

En las conferencias de ambos ministros también se colaron algunos temas, ineludibles por la magnitud de la crisis económica argentina, como la inflación (más de 24% en el primer semestre), la expectativa de crecimiento para 2020 (el FMI empeoró su pronóstico respecto al país) y también las abrumadoras cifras de pobreza (la UCA afirmó esta semana que ya alcanza el 35%).

«Estamos convencidos que 2020 va ser un año muy bueno para los argentinos en términos de reducción de inflación, de crecimiento, de aumento de empleo», sostuvo Dujovne.

Consultado por la baja de expectativas del FMI sobre la actividad económica local para 2020 a 1,1% (Hacienda prevé un 3,5% y se estima que el Presupuesto se negociará con esas cifras), señaló: «Nuestra previsión de crecimiento se basa en la evaluación de qué va a ocurrir con la Argentina una vez que se disipe la incertidumbre política, una vez que el presidente Mauricio Macri sea reelecto por los argentinos y continuemos con este proceso de transformación y de cambio en nuestro país».

«Puede que (el FMI) evalúe que en caso de que otra fuerza política gobernase la Argentina, la macroeconomía puede ser mucho peor. No lo sabemos, es una hipótesis del por qué pueden tener una tasa de crecimento tan baja», esbozó.

Sobre el aumento generalizado de precios, Dujovne ve «un proceso sólido de desinflación que lleva a pensar que en julio va a haber nuevamente una baja en la inflación respecto a los niveles de junio, sin dejar de reconocer que sigue siendo muy alta. Debemos aspirar a tener una inflación similar a la de nuestros vecinos».

«El Banco Central (BCRA) arrancó en septiembre con un esquema de agregados monetarios, una política muy dura, pero que era la necesaria para anclar expectativas de inflación en un momento difícil como el que atravesamos el año pasado», agregó.

El titular de Hacienda también respondió respecto a la chance de una nueva autorización del FMI para ampliar el «gasto social» en caso de que se verifique un nuevo aumento en las cifras oficiales de pobreza.

«Cuando negociamos nuestro programa, pedimos flexibilidad del lado del gasto, para atender a la población mas vulnerable, sabiendo que tenemos que ser austeros en general para estabilizar la macroeconomía. El principal daño que generamos en pobreza se da cuando la macroeconomía sufre: aumenta la inflación y cae el empleo. Pero a diferencia de muchos rubros del gasto que bajaron este año, el gasto social está aumentando», concluyó.