Tras los anuncios de Mauricio Macri en la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came), de que impulsará una nueva ley para Pymes y dispondrá un conjunto de medidas para el sector, el diputado Pablo Kosiner le recordó las propuestas presentadas por su bloque. Este sábado, el ministro de Producción, Dante Sica, adelantó que durante la próxima semana anunciará «un paquete de líneas de financiamiento» para pequeñas y medianas empresas.
Sica, dijo que habráa «líneas de financiamiento con bancos provinciales y estamos negociando con los privados líneas que atiendan está cuestión», y agregó que deben «monitorear el impacto que tiene esta crisis que hemos vivido y cómo se está estabilizando sobre la micro y tratar de ver cómo acompañamos a los sectores sin dejar de mirar el rumbo en nuestro programa económico». «Estamos viendo qué pasa con las pymes y, en especial, las cadenas de pagos», subrayó.
La semana pasada , el presidente del interbloque Argentina Federal en Diputados, Pablo Kosiner cruzó a Macri y le señaló que los anuncios prometidos por el titular del Ejecutivo Nacional, son dos iniciativas incorporadas» por su bloque «en la Ley Pymes y en la Reforma Tributaria que venimos reclamando hace meses se pongan en vigencia”.
El legislador salteño le refrescó al presidente Macri, a través de su cuenta de Twitter, que “tanto el artículo 10 de la Ley Pymes que faculta al PE a fijar políticas tributarias diferenciales para áreas de frontera como el adelantamiento del mínimo no imponible en contribuciones patronales para economías regionales en crisis son iniciativas que introducimos en @DiputadosAR”.
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En mayo de 2017, Kosiner pidió la instrumentación urgente de una política de Estado que en materia de producción contemple a las Pymes, hace pocos días en un tuit exigió “la puesta en vigencia de estos beneficios a Pymes deben dejar de ser anuncios y concretarse urgentemente”, y agregó: “El aumento de costos fijos, la caída del mercado interno y la apertura indiscriminada de importaciones, están afectando seriamente a las Pymes y economías regionales”.
La norma fue aprobada en julio de 2016, sin embargo parece que el gobierno acusó recibo de la existencia de la misma y todo indicaría que se apresta a reglamentarla. Eal artículo 10 reclamado por Kosiner tiene como objeto adelantar en dos años la mejora del mínimo no imponible sobre el que se pagan cargas laborales, y alcanzará a las Pymes del comercio en zonas de frontera.
Crisis productores porcinos
En junio pasado, la Asociación Argentina de Productores Porcinos lanzó una campaña para declarar la “emergencia nacional porcina”, y convocó a diputados y senadores nacionales a acompañar este proyecto. “No hay respuesta alguna del Poder Ejecutivo por lo que transitaremos el camino del Legislativo”, indicó un comunicado de la entidad, firmado por el presidente, Juan Uccelli.
Las importaciones de carne de cerdo y el aumento de los costos son la principal preocupación de los productores del sector, el interbloque Argentina Federal de la Cámara de Diputados se hizo eco de las demandas y presentó un proyecto para declarar la “emergencia pública, económica, productiva y financiera, por el término de 12 meses” en favor de la cadena productiva del sector en todo el país.
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Kosiner reclamó: “Es necesario tomar medidas urgentes. Consideramos que el Gobierno nacional debe convocar a una mesa de diálogo para la elaboración de un plan que integre a todos los actores de este sector y que contemple los aspectos productivos, promocionales y de desarrollo”, sostuvo Pablo Kosiner, presidente de la bancada.
En 2016, desde la Federación Agraria, sostuvieron que “El maíz costaba el año pasado 100 pesos los cien kilogramos, hoy se paga $300, en tanto que el espeler de soja pasó de 26o pesos que valía en diciembre de 2015 a 400 pesos en la actualidad, es decir el costo del alimento se triplicó”, recordó.
Tras el tarifazo, las cosas no fueron mejor, habían señalado los productores «el costo de la energía eléctrica que se utiliza para calefaccionar los criaderos, es imposible de pagar, más la caída de consumo por falta de capacidad adquisitiva del bolsillo de los argentinos y lo que es peor la importación de carne de Brasil y Dinamarca, que llega en cortes”.
Desde Argentina Federal subrayaron que “los pequeños productores no van a aguantar mucho más, están considerando retirarse y dejar de producir. La apertura de importaciones, puede llegar a ser perjudicar para la seguridad sanitaria del 50% de la producción local, ya que hoy el Senasa no cuenta con los dispositivos de control sanitarios suficientes para detectar enfermedades como el Síndrome Respiratorio Reproductivo Porcino”.
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En abril de este año, el presidente de la Asociación Argentina de Productores de Porcinos (AAPP), Juan Uccelli, criticó con dureza el aval para que la carne de cerdo de los Estados Unidos pueda ingresar a la Argentina luego de 26 años. Cerrarán 2.000 establecimientos productivos por la importación de carne de cerdo de EE.UU. Al tiempo que advirtió, “no estan dadas las garantías” para que se abriera el mercado para los Estados Unidos por un tema sanitario. En EE.UU. está la enfermedad del síndrome respiratorio y reproductivo porcino (PRRS), que afecta a la producción. La Argentina es libre de esa enfermedad. Si bien el riesgo de transmisión por carne sería bajo, una vez instalada la enfermedad afecta severamente la productividad.
Entre las demandas de los productores que fueron incorporadas al proyecto, la que reclama líneas especiales de crédito a través de los bancos oficiales, acupa una centralidad por la desesperación del sector. La modificiación de criterios para la administración del comercio exterior fue otro de los puntos que se introdujo y apunta a establecer restricciones a la importación de carne de cerdo.
El tema no es menor, en enero de 2017, el Observatorio de las Importaciones de Santa Fe, presentó un informe que registró que en el rubro Alimentos de origen animal, se observa que el ingreso al país de carne porcina fresca, refrigerada o congelada con un aumentó de 121,9 %, cuando en 2015 se importaron 11.594 kilos, en 2016 el volumen llegó a 25.731.641 kilos.
Otra preocupación estriba en que se debe garantizar controles de trazabilidad sobre los derivados del cerdo de origen importado. la objeción se focaliza en la falsa oferta con la que se comercializa las cargas que llegan al país congeladas ay que son ofrecidas como productos frescos.
