Argentina recibió este miércoles un desembolso cercano a los US$4.700 millones del Fondo Monetario Internacional (FMI) y afrontó el pago con el organismo correspondiente a enero por alrededor de US$1.945 millones, tal como estaba estipulado en el calendario del acuerdo.

A la espera de que el Directorio del organismo multilateral oficialice la operación, los montos ya quedaron reflejados en las reservas del Banco Central (BCRA).

De acuerdo con datos de la autoridad monetaria, las tenencias en moneda extranjera cerraron en los US$27.635 millones, lo que implica un incremento de US$2.527 millones en relación con los US$25.108 millones de este martes último.

«El desembolso fue de unos US$4.655 millones y Argentina pagó los vencimientos de capital de enero por US$1.945 millones, dejando un saldo a favor de US$2.710 millones, similar al crecimiento de las reservas brutas», señaló en un informe la consultora Facimex.

«Este jueves, Argentina tiene que pagarle al FMI US$769 millones en concepto de intereses», agregó Facimex.

El resto del desembolso debería ser utilizado para el pago de los compromisos de abril, que también equivalen a aproximadamente US$1940 millones.

El máximo órgano de conducción del organismo multilateral deliberó sobre el acuerdo que consiguiera «reflotar» el ministro de Economía, Luis Caputo, a comienzos de enero.

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El tratamiento ocurrió un día después de que el FMI corrigiera las proyecciones de crecimiento para Argentina en su última actualización del informe de Perspectivas Económicas.

Así, mientras que en octubre pasado proyectaba un crecimiento de 2,8% para la economía local en 2024, ahora estima que caerá en igual porcentaje, un -2,8%.

Al respecto, el vocero presidencial, Manuel Adorni, negó que esa caída en la economía vaya a afectar el cumplimiento de las metas pactadas con el FMI.

«El déficit cero no va a ser negociado nunca, no sólo este año. Claramente (esa merma en la economía) estaba prevista dentro de nuestras proyecciones», señaló Adorni en la habitual conferencia de prensa diaria en la Casa Rosada, y explicó que si la recaudación no es suficiente «se van a acotar partidas y gastos hasta que efectivamente la Argentina encuentre ese equilibrio».

El portavoz recordó el informe de Perspectivas Económicas que dio a conocer el FMI, del que destacó no sólo la previsión de una caída del Producto Bruto Interno (PBI) del 2,8% para 2024, sino también «un repunte del 5% para 2025» y que el organismo «estima que la inflación va a bajar a un dígito mensual a mitad de este año».

Asimismo, rescató que el FMI indicara que «el resultado de la baja de la inflación dependerá de la consolidación del proceso de ajuste fiscal y monetario que el Gobierno está llevando adelante».

Por su parte, la directora del organismo, Kristalina Georgieva, resaltó que «el ambicioso plan de estabilización acordado se centra en el establecimiento de un ancla fiscal fuerte que ponga fin a todo financiamiento del gobierno por parte del banco central. El logro de un superávit fiscal primario de alrededor del 2 por ciento del PIB este año se sustentará en una combinación de impuestos temporales relacionados con las importaciones y el fortalecimiento de los impuestos a los combustibles, junto con esfuerzos para racionalizar los subsidios a la energía y el transporte, los costos administrativos y las políticas de menor prioridad. gastos discrecionales».

Cabe destacar que, dicho así, el FMI entiende que el país logrará un superávit fiscal del 2% de su PBI.