Científicos argentinos respaldaron hoy la explotación de hidrocarburos offshore en el Mar Argentino y pidieron un debate sobre este tema, para que se evite caer ante una «falsa antinomia entre desarrollo y ambiente» que prive al país del acceso a un recurso para la transición energética y que evite el gasto en importación de combustibles al que debe apelar cada año el país.

Una veintena de científicos que integran el Grupo CyTA (Ciencia y Técnica Argentina) publicaron hoy un documento en el que pusieron a consideración los aportes positivos de una explotación «soberana y ambientalmente responsable de nuestros recursos naturales», como el caso de los no convencionales en nuevas áreas del Mar Argentino a entre 300 y 400 kilómetros de las costas bonaerenses.

«Decidimos salir con este documento porque consideramos que es necesario construir una alternativa a las posiciones enfrentadas de desarrollo y ambientalismo. Es una falsa disyuntiva porque hace falta un desarrollo sostenible que obviamente contemple la seguridad el cuidado del ambiente, pero resolver la ecuación ambiental con la reducción de la metas de dióxido de carbono debe contemplar las necesidades de cada país», expresó el ex ministro de Ciencia y Tecnología, Roberto Salvarezza.

Roberto Salvarezza

«Argentina debe cumplir con sus compromisos pero así también sus deudas sociales. Necesitamos un ambientalismo que contemple las necesidades de nuestro país», destacó el actual presidente del directorio de YPF-Tecnología (Y-TEC).

Según el informe, el debate en torno a la explotación de los recursos no convencionales también se dio en su momento con el desarrollo de Vaca Muerta pero hoy, una década más tarde, demostró haber sido el yacimiento que permitió sostener y aumentar la producción de gas y compensar el continuo declive de los recursos convencionales.

«Sin esa decisión Argentina enfrentaría hoy un escenario energético muchísimo más complejo, con mayor dependencia de la importación de recursos energéticos y su principal consecuencia: aumento de la pobreza», señaló el informe que firmaron académicos de distintas ramas como Adrián Paenza, Adriana Serquis, Alberto Kornblihtt, Ana Franchi, Andrea Gamarnik,; Andrés Kreiner, Carolina Mera, Cristina Carrillo, Diego Hurtado, Dora Barrancos, Juan Pablo Paz, Marcelo Ruiz y Osvaldo Uchitel, entre otros.

«Si bien la explotación offshore en el mar es más costosa que la explotación en el continente, resulta en un tiempo razonable mucho más económica que importar gas natural licuado para luego regasificarlo e incorporarlo a la red de distribución, como cada año estamos obligados a hacer», agregó el documento.

En el mismo se sostuvo que «la futura explotación offshore de gas y petróleo puede y debe convertirse en un factor importante para el desarrollo de otros campos y aspectos que en conjunto sostienen la soberanía del país».

Al respecto, Savarezza dijo que los combustibles fósiles «seguirán siendo utilizados por décadas mientras se avanza en.la transición» y que el gas natural «es mucho menos contaminante que el carbón, el diesel oil o el fuel oil, que hoy queman las usinas térmicas cuando falta gas y que se debe importar a un costo muy alto en dólares».

De hecho, según datos del Banco Mundial, la producción de energía termoeléctrica por estas vías emite 40% más de dióxido de carbono que con la quema de gas natural, al tiempo que la Comisión Europea está proponiendo al Parlamento Europeo que considere al gas natural como el camino más adecuado y económico para llegar en el corto plazo a la economía del llamado hidrógeno azul que se produce mediante el “reforming” del gas con la posterior captura, almacenamiento o transformación del dióxido de carbono en productos de mayor valor.

«En 2021 nuestro país importó alrededor de 5.000 millones de dólares en combustibles y lubricantes para cumplir con las demandas de este sector en un escenario de restricción de divisas. Argentina requiere de mayor capacidad de producir energía si pretende sostener el crecimiento de su industria y generar más puestos de trabajo, sostener el transporte y brindar acceso a la energía a sus hogares», destacó el informe.

Jorge Geffner

Jorge Geffner, infectólogo e investigador del Conicet, fue uno de los científicos que firmó la adhesión al documento con la idea de que la explotación de recursos offshore sea debatida para encontrar el modo de «compatibilizar condiciones ecológicamente aceptables con un desarrollo económico que incluya este tipo de actividades».

«Vamos a ir a una postura en la que se respeten normas de seguridad pero que, en un país con 40% de pobreza, no nos podemos privar de recursos que podrían servir para combatirla», aseguró Geffner a Télam, a la vez que sostuvo que «no se puede renunciar a una actividad que puede generar una importante cantidad recursos para combatir la pobreza, aunque es lógico pedir máximas seguridades. Hay que empezar a charlarlo».

Actualmente, la producción de gas natural constituye más del 50% de la matriz energética de la Argentina y si bien la contribución de energías renovables (eólica y solar, hidroeléctrica y bioenergía) llegaron en 2021 al 13% del total de energía consumida en al país, aún se está lejos del 20% comprometido para el 2025.

Actualmente, un consorcio de empresas que encabeza Equinor en sociedad con YPF y Shell obtuvo la autorización del Estado para invertir casi US$ 800 millones y realizar los estudios de exploración sísmica frente a Mar del Plata.

Sin embargo, el viernes último, el Juzgado Federal N°2 de Mar del Plata ordenó la suspensión del proyecto al hacer lugar a una medida cautelar impulsada por el intendente de General Pueyrredón, Guillermo Montenegro, y organizaciones ambientalistas, fallo que fue apelado por el Ministerio de Ambiente.