Por Guido Brunet

El consumo de carne vacuna por habitante cayó un 2,8% en junio respecto del mismo mes del año pasado, indica un informe de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA).

A pesar del descenso a nivel nacional, el titular de la Sociedad de Carniceros de Rosario José García afirmó, en diálogo con Conclusión, que “en Rosario no hubo una caída del consumo”. “Ni ha crecido ni ha bajado, el consumo viene retraído, pero no es de ahora, es de hace mucho tiempo”. García hace alusión al descenso que se produjo en 2011 cuando la carne subió un 40% aproximadamente.

“En 2011 estábamos en unos 60 kilos por habitante y hoy estamos a 55-56. En ese momento aumentó un 40 por ciento la carne y desde ahí no se volvió a recuperar el consumo”, completó García.

De acuerdo a CICCRA el volumen promedio consumido por habitante por año en el país es de 55,8 kilos, lejos de aquel récord registrado en 2009 de 60 kilos por cabeza.

Pero el descenso de las ventas -que no se volvieron a recuperar- comenzó entre noviembre de 2011 y abril de 2012. “Bajó un 15 o 20%”, estima García. Aunque aclara que “depende la zona, ya que en el centro el impacto fue menor, pero en los barrios se sintió”.

Costos absorbidos

“Entre noviembre y diciembre de 2015 aumentó la carne un 15 por ciento. Y en todo el año pasado no se movió el precio”, señala García. Pero el titular de los vendedores da cuenta de que el carnicero ha absorbido el aumento de costos y tarifas, el cual no ha trasladado al precio de venta.

“Si la carne no ha aumentado es por lo que ha hecho el carnicero, no hemos agregado el costo de aumento de servicios, alquileres, electricidad, ingresos brutos, tributos. A la hora de hacer costos no lo hemos trasladado al precio final porque si no el consumo hubiese bajado más”, dijo García.

Con respecto a los aumentos de las tarifas de energía, el dirigente detalla: “En Santa Fe prácticamente se triplicó, si uno pagaba 6.000 pesos ahora está pagando 18 mil”.

“Para no tener sobresaltos, el precio debería estar más caro. El kilo de asado debería estar a unos 180 pesos”, afirma el titular de carniceros. “En aras de no perder ventas renunciamos rentas”, juega con las palabras García.

Por último, con respecto a la exportación, García manifiesta que “no se ha movido mucho”. “Quizás hay un poco más, lo que ayuda al consumo interno porque hay cortes más económicos”, asegura García.

Menos asado y milanesas: consumo de carne vacuna cayó 2,8% en junio