El dólar cotizó este lunes a $ 42,29 para la venta, dos centavos más que el viernes, pese a que el Banco Central volvió a subir las tasas de interés, que se ubicaron en torno al 60%.
En el marco de una jornada inestable y con poco volumen de operaciones, el billete norteamericano arrancó la rueda en baja y llegó a retroceder 71 centavos. Sin embargo, con el transcurrir de la jornada el dólar retomó la tendencia alcista y operó a $40,31 comprador y $ 42,29 vendedor, según los promedios que realiza la autoridad monetaria.
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El Banco Central efectuó una subasta Letras de Liquidez (Leliq) a 7 días de plazo y convalidó una nueva alza de la tasa, cuyo promedio de corte se ubicó en 59,863% (ascendió 196 puntos básicos).
El monto adjudicado fue de $ 185.727 millones a una tasa máxima adjudicada de 60,73% y una mínima de 57%, según informó la entidad que conduce Guido Sandleris.
El dólar mayorista cerró a $ 41,10/41,30, diez centavos arriba del final del viernes pasado y el volumen negociado en el segmento de contado fue de US$ 572,8 millones y en futuros MAE se hicieron US$ 10,30 millones.
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Vale recordar que sobre el fin de la semana pasada, luego de jornadas de subas en las que la divisa superó el techo de $43 (marcó un nuevo récord), el Banco Central anunció que pasaría a realizar dos licitaciones de Leliq por día en vez de una, con la intención de absorber más pesos del mercado cambiario y evitar el pase al dólar de inversores.
Lo cierto es que en esos días al gobierno “lo corrieron con poco” en relación al monto de los valores operados que hicieron subir la cotización, pero la autoridad monetaria sufrió el poco margen de maniobra que le deja el Fondo Monetario Internacional (FMI), con el que debe consultar antes de intervenir en el mercado en cifras superiores a los 150 millones diarios.
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Quizás con esto en mente viaja el ministro de Hacienda Nicolás Dujovne a Washington, en lo que se comunicó como una “reunión de agenda” con directivos del FMI, pero que se da justo después de los sucesos de la semana anterior que volvieron a dejar en claro la fragilidad del país y su absoluta dependencia en materia financiera con el “prestamista de última instancia”, que es el Fondo.
La convalidación de la suba de tasas, que culminó el día en torno al 60%, no hace otra cosa que confirmar la extensión del estado recesivo de la economía actual, con parate de producción generalizado, caída abrupta del consumo y un nivel de desempleo creciente, variables que difícilmente puedan recuperarse en el corto y mediano plazo, con lo cual el período de elecciones transcurrirá aún en plena crisis.
