El Indec dará a conocer este martes la inflación de diciembre y de todo 2018, que según estimaciones privadas se ubicará en torno al 48 por ciento, la más elevada desde 1991, cuando el país buscaba salir de la hiperinflación iniciada hacia el final del gobierno de Raúl Alfonsín, y ya con Carlos Menem en la Rosada, marcó ese año 84%.

El Índice de Precios al Consumidor (IPC) de noviembre fue de 3,2%, un dato que mostró una desaceleración respecto a octubre y septiembre, pero fue superior a la esperada por consultoras.

El Instituto Estadístico de los Trabajadores (IET) calculó que el costo de vida de los trabajadores sindicalizados aumentó 3,1% en diciembre y acumuló así un alza del 47,8% a lo largo de 2018.

Según subrayó, se trató de la inflación acumulada en 2018 más alta desde 1991, al superar los registros de 2002, del 41%.

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Resaltó que durante el año anterior, todos los capítulos de la canasta tuvieron aumentos superiores al 40%, excepto «Indumentaria y Calzado» y «Educación», que avanzaron un 33,5% y un 32%, respectivamente.

Por su parte, el denominado IPC Congreso difundido por el Frente Renovador estimó una inflación del 48% para todo el año que acaba de cerrarse.

Si bien puntualizó que en noviembre se dio una desaceleración respecto de septiembre y octubre, alertó que «aún está por encima de los registros previos al arranque de las turbulencias cambiarias del año».

«En los últimos seis meses los precios aumentaron 28,7%, es decir 4,3% promedio por mes, lo que equivale a un incremento anualizado de 65,5%», indicó.

En tanto, según la consultora Ecolatina, la inflación nacional acumuló un 48% en 2018, «casi duplicando al valor del 2017».

«No sólo fue la suba de precios más elevada del mandato de Cambiemos, sino que se convirtió en el año de mayores aumentos desde 1991», apuntó en línea con otros informes privados.

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Las cifras que maneja el país en materia inflacionaria (desde hace tiempo) son por lejos las más altas de la región (sacando a Venezuela, caso aparte).

Para citar un ejemplo bien cercano, Paraguay, país limítrofe, es elogiado y preferido por inversores, entre otras cosas, por su «estabilidad de precios»: en los últimos 8 años la inflación prácticamente no se movió del 4% (y en el medio hubo hasta interrupciones al proceso democrático).

Promesas y castigos

El 2018 reconfirmó así, y de manera brutal, a la inflación como una de las piedras en el zapato de la administración de Mauricio Macri en la Nación, siendo la economía en su conjunto una especie de pantano de arenas movedizas en las que esos zapatos se hunden.

El indicador que mide el aumento general de precios marcó 41% en 2016, el primer año de la gestión, y 25% en 2017.

Las metas de inflación, hoy un anhelo enterrado por el nuevo programa monetario acordado con el FMI (incorpora en cambio «bandas cambiarias»), eran casi la mitad de lo que finalmente fue el aumento general de precios en esos años.

mejor equipoPor citar el caso de 2018, en diciembre de 2017, en una controvertida conferencia, el «gabinete económico» modificó la meta y dijo que sería de 15% para todo el año. Esa cifra se superó en junio.

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Sea por la razón que fuere: tarifas, emisión monetaria, devaluación, subestimación u otras, el gobierno jamás pudo contener el “impuesto a los pobres”, como integrantes mismos de la coalición gobernante han definido esa variable, por caso Federico Sturzenegger, renunciado presidente del Banco Central en medio de las “tormentas” cambiarias de 2018.

También el presidente es esclavo de sus palabras en esta cuestión, ya que había definido en campaña, palabras más palabras menos, a la inflación como «la medida de la incapacidad de un gobierno”.