La acción de llevar adelante una idea hasta la concreción material, ya sea para fines de lucro o de beneficencia, genera innovación y, por supuesto, puestos de trabajo.

Muchas personas, por diferentes motivos, deciden encarar sus propios proyectos a pura fuerza de voluntad, esfuerzo y, sobre todo, tiempo y dedicación.

Durante el proceso en que se gesta un emprendimiento, se necesita elevar las capacidades llevando los valores hasta su máximo nivel, con el objetivo de posicionarse como marca o producto, apostando generalmente a la autogestión y la organización, lo que permite comprender de manera sensible el ámbito en donde se desarrolla el mismo.

En barrio Arroyito existe un taller de indumentaria femenina que surge como emprendimiento autogestivo llamado Lily Von Rock, el cual además de estar en constante crecimiento, decidió tomar un articulo de su colección y, a través de la venta, recaudar fondos para ayudar al comedor El Alfarero.

Gisela Tolosa es la que tuvo la idea de comenzar su propia marca y también de realizar esta acción solidaria, entendiendo la necesidad que existe en la entidad comunitaria que funciona como comedor y merendero para más de doscientos pibes de la zona.

Conclusión entrevistó a la emprendedora, quien contó que su marca «Lily Von Rock hace cinco años que está creciendo».

La idea de la trabajadora textil surgió «en el sur cuando vivía allá y arranqué por una necesidad de emancipación económica y también por la necesidad que había en las pibas sobre la escases de diseño de indumentaria de rock».

El trabajo autogestivo que lleva adelante la dueña de Lily Von Rock conlleva mucho esfuerzo: «Es una marca sustentable y autogestiva. Tenemos un taller propio. Yo diseño, soy la molderista y manejo las redes. En el taller laburan las pibas y trabajamos también con otros talleres autogestivos«.

La cartera de productos que ofrece la marca es muy variada. Desde camisas, remeras y pantalones hasta ropa interior, lencería y accesorios. Pero uno de esos productos, como se mencionó, sirve para cumplir con un objetivo solidario.

Tolosa contó que cuando comenzó la pandemia y los respectivos protocolos vieron que tenían en el barrio «la necesidad de gestionar donaciones para el comedor«, entonces desde la marca estuvieron durante unos meses «haciendo ventas de barbijos para ayudar a este comedor y a otros también».

«Ahora estamos haciendo unas colitas para el pelo que se están vendiendo a full a $200 y el total de la compra va directo a los pibes. El comedor tiene entrega de viandas y copa de leche para 200 pibes», contó la emprendedora solidaria.

Para donaciones directas al comedor El Alfarero, comunicarse a través de las redes sociales COMEDOR Y MERENDERO EL ALFARERO