Como tantos otros sectores de la economía, el de la industria textil se ve profundamente afectado por las políticas económicas implementadas por el Gobierno nacional.

Tal como refiriera un informe de la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria, las contracciones que se producen “como consecuencia de la suba de la tasa de interés para contener la corrida cambiaria”, sumada a “la caída de la demanda y al aumento en los costos de los servicios públicos”, el mercado de consumo de ropa en los canales minoristas descendió un 21 % con respecto al año 2015.

Más adelante, el informe agrega que “los niveles tan altos de las tasas de interés complican extremadamente la cadena de pagos del sector y presionan sobre los costos de las empresas”.

Tras señalar que “ya se puede advertir un incremento significativo en la cantidad de cheques rechazados”, indicó que “la suba del dólar tuvo varios impactos en los precios” y que “la decisión del Gobierno de dolarizar las tarifas de diversos servicios públicos, combinada con el recorte de subsidios, generó un fuerte encarecimiento de dichos insumos”.

Por otra parte, apunta que “semejante shock de precios golpea fuertemente al poder adquisitivo de los salarios, jubilaciones, pensiones y asignaciones familiares, todo lo cual deprime el consumo. El Instituto Estadístico de los Trabajadores (IET) registró una caída de 12,4% en el poder de compra de los salarios de los trabajadores formales entre septiembre de 2018 y septiembre de 2017”.

“Durante el segundo trimestre de 2018, con la caída en la venta local de ropa y en las exportaciones, a lo que se sumaron las importaciones aún en alza, la producción nacional de indumentaria se redujo 1,8% interanual (último dato disponible en Indec) – manifiesta el escrito – repercutió en destrucción de trabajo asalariado registrado en la Seguridad Social de nuestro sector”.