Se están tomando medidas para paliar el cambio climático, pero éstas no pueden llevar a una crisis económica. Las causas y las consecuencias fueron descritas en un artículo de Nature Climate Change, donde se señala que el cada vez más rápido desarrollo de las técnicas de producción de energías renovables llevará a una abrupta caída de la demanda de combustibles fósiles durante los próximos años.

Las cantidades de petróleo, gas y carbón que podrían quedarse en stock, sin comprador, dejarían ‘varadas’ las inversiones de dinero depositadas en ellas, con lo que la economía mundial perdería entre uno y cuatro billones de dólares. Las consecuencias de la crisis de 2008 fueron de 0,25 billones.

«La única solución es una Economía stand still, estacionaria, con el crecimiento en punto muerto», explica Pedro Prieto, activista del cénit del petróleo e ingeniero técnico. Para Prieto, la renuncia a la expansión es imprescindible, ya que sin inversiones en combustibles fósiles no hay energía.

El HSBC, el mayor banco del Reino Unido, calculó que las principales empresas de energía podrían perder entre el 40 y el 60% de su valor en bolsa si se hace cumplir el objetivo de limitar a 2°C el aumento de temperatura (respecto a los niveles preindustriales) acordado en la Conferencia Mundial sobre el Clima en Cancún.

Otro informe, de la Universidad de Utrecht, denuncia que fondos de pensión de la UE han invertido más de un billón de euros en combustibles fósiles, dinero «que también procede de los impuestos de los ciudadanos».

El sector bancario europeo ha invertido una cantidad de entre 460.000 y 480.000 millones de euros en gas, petróleo y carbón, a través de préstamos, bonos y acciones; el sector asegurador, entre 300.000 y 400.000 millones; y los fondos de pensiones, entre 260.000 y 330.000.

Según la consultora británica Overseas Development Institute, los gobiernos del G7 (Estados Unidos, Francia, Alemania, Canadá, Italia, Japón y Reino Unido) siguen gastando casi 90.000 millones en subsidios al gas, al petróleo y al carbón, a pesar de su compromiso de hacerlas desaparecer antes de 2025.

Las empresas que focalizan su negocio en los combustibles fósiles deben reconvertirse y abrazar las renovables, dice Izurzun (directivo de la consultora Ecoo), sobre un sector que podría generar un millón de empleos.

Ramón Roca, director de El periódico de la Energía, plantea una hipótesis mucho más optimista para el negocio de la combustión. «El dinero llama al dinero y países como China y la India seguirán amortizando las inversiones, aunque los dividendos no sean los de antes», declara.