La Encuesta Permanente de Hogares (EPH) difundida días atrás por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) puso la lupa sobre una nueva caída del desempleo que, para el tercer trimestre de 2022, se situó en 6,7% cuando la pobreza afectaba al 36,5% en el primer semestre. En ese contexto, y de acuerdo a estimaciones de institutos privados que recogen datos oficiales, la pobreza llegó entre julio y septiembre al 38,9%, ya estaría superando el 40% en los últimos seis meses.

Estas características del mercado laboral son las que, en gran parte, explican la aparente contradicción que existe entre algunos indicadores económicos y sociales, como el desempleo y la pobreza.

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Del mismo informe de distribución del ingreso surge que la mitad de los habitantes de la Argentina contaban con menos de $1.200 por día para satisfacer sus necesidades ya que, la mediana del ingreso per cápita familiar mensual se situó en $37 mil.

En concreto, quiere decir que la mitad de los habitantes del país percibieron ingresos que, a lo sumo, les permitieron acceder, según datos del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de septiembre, al equivalente a 3,27 kg de pan, 9,7 kg de harina, 5,2 kg de azúcar o 8,44 kg de papas. Cinco años atrás, la mediana del ingreso per cápita familiar equivalía a 5,23 kg de pan, 19,5 kg de harina, 10,5 kg de azúcar o 14,5 kg de papas por día.

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Estos datos remarcan el escenario en el que el gobierno ha decidido, entre otras medidas, dar de baja más de cien mil planes Potenciar Trabajo.