El gobierno nacional, personificado en el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, y el presidente del Banco Central (BCRA), Federico Sturzenegger, anunció este jueves el acuerdo final alcanzado con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

El auxilio financiero al que accederá el país será de 50.000 millones de dólares, el mayor en términos nominales de la historia del organismo, que llega para «blindar» la administración de Macri ante el profundo desbalance de sus cuentas externas.

Te puede interesar: Dujovne confirmó que el FMI le prestará 50 mil millones de dólares al país

Lo más destacable del plan económico elaborado entre técnicos del FMI y funcionarios de Hacienda, pasa por las «condiciones» impuestas para liberar las divisas, las cuales llegarán por partes, siendo la primera entrega, de 15.000 millones (30% del total del préstamo) el 20 de junio próximo, con la rubrica del acuerdo.

Finalmente, el ajuste fiscal solicitado por el organismo financiero será mayor del esperado por funcionarios del gobierno, por lo cual la lapicera de Dujovne deberá tachar más de lo previsto para alcanzar las nuevas metas y la gran incógnita es de donde recortará. O a quién.

Además, la «novedad» es que el acuerdo incluye una «salvaguarda para ampliación del gasto social», una especie de paraguas para asistencia social, la «nueva cara» del FMI, que de todos modos «monitoreará» la evolución del gasto social.

Las 10 claves del acuerdo

  • El crédito será mayor al esperado para «blindar» al Gobierno hasta el final de su mandato. Llegarán 50.000 millones de dólares, en tandas. El programa tiene un plazo original de 36 meses.
  • Al monto aportado por el Fondo, se sumarán 5650 millones de dólares aportados por el BID, el Banco Mundial y la CAF.
  • El déficit fiscal primario deberá ser de 1,9 % en 2019 (el previsto por Hacienda era 2,7%) y en 2020 el resultado deberá ser neutro (Se preveía un déficit de 1,2%). Dujovne deberá sacarle punta al lápiz para recortar partidas presupuestarias.
  • Se buscará que el Congreso autorice una mayor independencia y autoridad del Banco Central para fijar las metas de inflación, «en consulta con el Ministerio de Hacienda».
  • El BCRA no deberá financiar más al Tesoro (hasta aquí se utilizaban los «adelantos transitorios» para imprimir pesos a cambio de títulos públicos).
  • El stock de Lebacs deberá reducirse gradualmente hasta que, para el próximo año, solo los bancos puedan adquirir esas letras.
  • Por primera vez, el FMI incluirá explícitamente en un programa de financiamiento una «salvaguarda para el gasto social», que mantendrá un piso a esas erogaciones durante la duración del plan. La institución financiera monitoreará la evolución de indicadores sociales.
  • Se promoverá «la equidad de género», con énfasis en potenciar la participación de mujeres en el mercado de trabajo.
  • El organismo recomendará al gobierno «mejorar» los canales de comunicación del BCRA con el presidente y el Congreso.
  • La inflación proyectada será más alta de la prevista y, aunque Dujovne aseguró que el resultado de 2018 será positivo, reconoció que el país crecerá menos de lo esperado.

Optimismo gradual

La noticia llevó tranquilidad y hasta algo de euforia a las oficinas de Casa Rosada, y ya se piensa en el próximo paso. Resuelto el «frente externo», ahora los esfuerzos oficiales se centrarán en la elaboración del Presupuesto 2019, donde se apreciarán estas exigencias del FMI, sobre todo el recorte fiscal. Ya se preparan reuniones con los gobernadores, e incluso se pretende una «gran foto» de la gobernabilidad.

El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, junto al titular del BCRA, Federico Sturzenegger, este jueves en el CCK mientras comunicaban el acuerdo con el FMI.

La gran pregunta es qué partidas sufrirán el paso de «las tijeras de Dujovne» y, teniendo en cuenta que no se pretende ajustar el «gasto social», todos los cañones apuntan a la obra pública. Los salarios estatales, con una paritaria flaca y una inflación gruesa, también sufrirán. Otro camino para licuar gasto es otra devaluación, que podría llegar en cualquier momento.

Muchos ya hablan de «un tipo de cambio más real». El dólar futuro desde hace semanas opera en diciembre en torno a los $30. La reducción de subsidios energéticos, por su parte, está más vigente que nunca. No se toca. Ni una coma.

Si bien desde el gobierno aseguran que el crédito llega para «financiar el gradualismo», son muchos los economistas y analistas que lo declaran muerto o en vías de estarlo. Todo esto sin soslayar que el año que viene hay elecciones y todos los movimientos se piensan bajo ese clima.

Nuevo escenario económico

Más allá del alivio de estas horas, el frente externo no tiene respiro, ni lo tendrá en el corto y el mediano plazo.

El calendario de pago de intereses en 2018, sumando deuda en moneda extranjera y en moneda local, alcanzará como mínimo los 239.000 millones de pesos.

Los gobernadores provinciales reunidos con Macri y parte de su equipo a fines de 2016 para la firma del «pacto fiscal». El gobierno nacional buscará reeditar esa foto y «compartir» el costo del ajuste.

En los primeros cuatro meses del año, por ese concepto se desembolsaron $93.639 millones.

Para 2019, en tanto, cuando ya correrán los compromisos con el FMI, los montos a pagar sumarán 24.945 millones de dólares. El panorama futuro se completa con el vencimiento de 21.406 millones en 2020, 25.114 millones en 2021, y 25.308 millones para 2022, todo en divisa norteamericana.

No son pocos los que advierten que todas las decisiones tomadas por Macri y su equipo económico en el último mes, sobre todo la de acudir al FMI, condicionará el próximo mandato, sea de Cambiemos o de otra fuerza política.

Tanto los compromisos asumidos como el control que ejercerán los técnicos del organismo financiero, limitarán el perímetro para las decisiones de política económica en el futuro próximo.