La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) informó que por las heladas tempranas que se produjeron en los últimos días de marzo y los primeros de abril se perdieron casi 500.000 toneladas de soja en la zona núcleo.
“En sojas de segunda hay daños del 10% al 20% en rinde y cuadros con desecación total”, informó el organismo bursátil, al tiempo que aclaró que el volumen estimado de cosecha de soja bajó de 13,2 a 12,7 millones de toneladas, un 12% menos que lo producido durante el ciclo pasado.
El sector agrícola viene fuertemente golpeado tras la prologada sequía que azotó a la región y las altas temperaturas que se registraron en el verano, las cuales provocaron que se pierda casi el 30% de las siembras de soja y maíz.
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Una caída en la cosecha de estos cereales podría agravar aún más el problema inflacionario del país, ya que a la suba de precios internacionales originada por el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania habría que sumarle la caída en la oferta para el mercado interno, lo que podría provocar una cadena de aumentos en los bienes finales.
Si bien la BCR aseguró que en las últimas semanas hubo “buenas noticias” para el sector ya que los resultados de la cosecha de soja de primera mejoraron y la producción aumentó 800.000 toneladas, reconoció que las heladas tempranas tomaron por sorpresa a la actividad y descontaron casi un 15% del rinde de las sojas de segunda.
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El organismo bursátil aseguró que “es un fenómeno infrecuente para la zona”, e ilustró: “Las primeras heladas se dan más adelante en el calendario, cuando los cultivos están cosechados o por cosecharse. Además, en esta campaña se sembraron lotes más tarde de lo normal debido a cuestiones climáticas, luego del 15 de diciembre y en casos extremos en enero. Ahí la helada pegó de lleno”.
En esta línea, los ingenieros de la BCR indicaron que “hay cuadros totalmente secos a causa de las heladas tempranas”, y detallaron que hay sojas de segunda absolutamente desfoliadas y con acortamiento de ciclo.
La falta de combustible afecta a la cosecha gruesa
Las cuestiones climáticas no son lo único que afecta el desempeño del sector agrícola: a pesar de que YPF aseguró que iba a suministrar de combustible a esta actividad, la falta de gasoil afecta a la cosecha de girasol, maíz y soja.
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“Seguimos complicados: el racionamiento de combustible ahora va de 500 a 1000 litros para las cisternas y 150 a 200 litros para camiones”, respondieron productores de la localidad cordobesa de Laborde.
Al respecto, productores santafesinos y cordobeses coincidieron en que las condiciones son más limitantes que hace una semana atrás, ya que las estaciones de servicio estuvieron sin combustible por varios días.
“Si bien están priorizando a los contratistas rurales y a los que realizaron compras anticipadas, se está renegando mucho. La falta de combustible, la falta de fluidez en la entrega y el cobro de sobreprecios interfieren en la correcta logística de la cosecha gruesa”, señalaron productores de la región núcleo.
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El conflicto bélico entre Rusia y Ucrania disparó el precio internacional de los combustibles y, si bien Argentina es productora de petróleo, sus reservas no son suficientes para satisfacer la demanda interna, por lo que se ve obligada a importar esta energía a un precio considerable, lo que obliga a racionalizar su uso ante la amenaza de desabastecimiento.
