Inflación, megadevaluación, aumentos de tarifas, caída del consumo. Combo casi letal para los comercios. En este panorama los negocios de la ciudad intentan salir adelante. Aunque muchos afirman que solamente aspiran a no cerrar.

Para ello apelan a diferentes recursos, como promociones o estrategias para visibilizar el local e intentar que los clientes ingresen, buscar un segundo trabajo y hasta recurrir a créditos para no tener que bajar la persiana.

Para un vendedor de plantas de la ciudad, la situación económica “repercutió para mal”, ya que “las ventas bajaron mucho”. Es un local que abrió hace poco, y aunque para ellos sea temporada alta debido a que es la época en que más se venden plantas, dicen que en los meses anteriores se registraron pérdidas y hasta debieron endeudarse.

“El alquiler no es muy caro, pero si no generas las ganancias todo es caro”, remarcó el joven.

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“Está bastante flojo”, mencionó la dueña de un negocio de ropa, quien comentó que para atraer clientes pusieron una bandera en la vereda. Pero no dio el resultado esperado, debido a que “las ventas bajaron este último mes bastante más”.

Otro inconveniente son los planes de tarjeta, que se incrementan por los intereses. “Ya no está más el Ahora 12”, recordó una vendedora. Entonces, “al comercio le descuentan un 28%, trato de aguantarlos, pero si no lo recargas en la ropa no lo podes aguantar. Le digo a la gente como es porque no me gusta mentirles”, explica la joven.

“Es difícil pero tenemos que tratar de sumar para seguir adelante. Es difícil porque te das cuenta que no se mejora”, completó otra comerciante del rubro textil.

Por su parte, un peluquero del centro dijo: “Yo hago tres o cuatro cosas a la vez, igual no me alcanza”. En cuanto a las perspectivas, afirmó: «Con este Gobierno es cada vez peor». “Antes una clienta venía a hacer tres cosas a la vez y ahora lo distribuye en tres meses”, detalló.

“Hoy en día cuesta mucho mantener un negocio. Ahora ya no se pueden hacer gastos inncesarios.Y si no pagas al día te comen los intereses”, remarcó.

Aunque no en todos los rubros sucede lo mismo, la dueña de una dietética comentó que “no falta gente en el negocio, se vende. No alcanza a veces para cubrir pero hay movimiento de gente”. “Hay gente que llega el veranito y quiere cambiar su forma de vida. Esa gente no deja de comprar, aunque poco”, completa la mujer.

Pero eso sí: “Las boletas vienen cada vez más infladas, la gente se queja por los aumentos”.