En pleno escenario pre electoral, la reforma laboral, aclamada por parte del empresariado local y auspiciada por el Gobierno del actual presidente Mauricio Macri, es una de las cuestiones centrales que dividen las aguas de cara al futuro mandato de quien gobierne el país en los próximos cuatro años.

El propio ministro de Hacienda de la Nación, Nicolás Dujovne, reconoció consultado por Conclusión, que “insistirán” en su intención de “modernizar la legislación laboral”, en un esfuerzo por no mencionar el término reforma, el pasado miércoles en la 54º Cumbre de Jefes de Estado del Mercosur, en la ciudad de Santa Fe.

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Una de los argumentos, tanto desde el Gobierno como desde sectores empresarios, en su reclamo de reforma, es el “elevado costo salarial” argentino, al cual endilgan impedir “crear más puestos de trabajo”. Esta visión es, a la luz de algunos datos, por lo menos cuestionable.

Esta semana, el Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav) reveló que las cargas impositivas sobre el salario son 10 puntos porcentuales más altas en Francia y Alemania que en Argentina.

El dato se desprende de un informe, en el cual se elabora un ránking de países basado en la carga fiscal sobre el trabajo, de mayor a menor. Allí se advierte que Bélgica es el primero con 52,7%, seguido Alemania con 49,5%; Italia con 47,9%; y Francia y Austria con 47,6%.

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El documento, elaborado por el equipo técnico de Economía Undav, sostiene que de 13 países que efectuaron políticas de flexibilización laboral en el mundo, en 11 se comprobó una reducción de su empleo del orden del 2% a lo largo de 5 años.

En ese sentido, el documento de la Undav señala que “una flexibilización de las condiciones laborales terminará conduciendo a una mayor precarización de las relaciones laborales” y añade “que dicha política contribuya al crecimiento y al repunte del empleo, tiene pocos fundamentos en la evidencia empírica”.

Entre abril de 2018 y abril de 2019, la caída del índice del salario real del 13,5% también produjo como consecuencia una caída del empleo privado registrado del 2,5%.

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“La evidencia empírica demuestra que el aumento y descenso de las tasas de desempleo está correlacionada con los ciclos económicos y no con una mayor o menor flexibilidad del mercado de trabajo”, sentencia el informe de la Undav.