Por  el licenciado Alejandro Marcó del Pont

 

Acabar con el medio ambiente es la forma más rápida de acabar con la distribución del ingreso. (El Tábano Economista)

Europa tenía que conseguir que todos los automovilistas que recorren menos de 80 kilómetros al día los hicieran en modo eléctrico. La idea de ser más papistas que el Papa, y en forma paralela hacer negocios, engañando al consumidor sin informarlo del elevado costo e inflación que generan la nueva energía, y quien pagaría ese incremento, dio como resultado que todo saliera muy mal, o, se podría decir, peor.

Europa no tiene los componentes utilizados por los coches eléctricos que son una de las claves para hacer sostenible el transporte ecológico. De las materias primas empleadas, el litio se concentra, en un 90%, en tres regiones (Australia, Sudamérica y China); el 70% del cobalto se halla en la República Democrática del Congo; Europa tampoco produce más aluminio, mientras China domina en tierra raras y produce más 75% de las celdas de batería de iones de litio del mundo. ¿Qué tan buena idea puede ser dejar de depender de la energía barata rusa, donde se había montado un modelo de negocios, para pasar a depender de autos, componentes y repuestos chinos? Veremos.

Existen varios inconvenientes detrás de la sustitución de los motores de combustión interna a eléctricos, híbridos, biocarburantes, etc. De hecho, una de las más importantes es que se habla de autos que no generen contaminación, y no de un transporte en general, y del transporte público en particular, con energía renovable, la que vuelve la idea aterradoramente individualista. Que el auto no genere emisiones una vez funcionando es una cosa, y otra solicitarles a los fabricantes de acero, litio, vidrio, aluminio o batería que no produzcan CO2 en la producción de sus componentes, lo que resulta extremo y muy complicado, porque el impacto ambiental se da en la producción, recarga o sustitución, a no ser que se contamine en otro país.

Los coches eléctricos no reducen su precio a pesar de que sus ventas aumentan en todos los segmentos o no con la velocidad que debían

Pero vayamos por partes. La velocidad a la que aumenta la producción y venta de estos autos no se condice con el precio. Los coches eléctricos no reducen su precio a pesar de que sus ventas aumentan en todos los segmentos o no con la velocidad que debían. La consultora Jato Dynamics ha publicado un informe en el que compara el precio de los coches eléctricos en los tres mercados más importantes del mundo. Las diferencias entre Europa, Estados Unidos y China son palpables. Mientras que en los primeros el precio medio ha subido, en China ha pasado todo lo contrario.

Según dicha consultora, el precio medio de los vehículos eléctricos entre 2015 y 2022 ha aumentado en Europa de € 48.942  a € 55.821  y de €53.038  a € 63.864  en EEUU., y tanto la guerra como la falta de energía han complicado aún más los costos. Sin embargo, en China, la tendencia es la contraria y ha pasado de € 66.819  a € 31.829.

Además de la tendencia representada por estas cifras, hay un problema todavía más preocupante. Los vehículos eléctricos siguen siendo mucho más caros que sus equivalentes en gasolina, otro componente de costos de sustitución de la transición: un 27% más en Europa y un 43% en EE.UU. Una vez más, el balance es el contrario en China, donde los vehículos eléctricos ya son un 33% más baratos que los de combustión interna.

Como si esto fuera poco, y a contramano de lo imaginado, la producción de un auto eléctrico contamina casi el doble que uno común. Una de las primeras compañías automotrices en decidir su cambio total hacia vehículos eléctricos para los próximos años ha sido Volvo. La automotriz sueca, propiedad del Grupo Geely chino, anunció que a partir de 2030 la totalidad de los modelos que produzca serán 100% eléctricos. Volvo decidido elaborar un informe en el que se compara la huella de carbono que produce los autos de carga de batería eléctrica y los que contienen motores de combustión interna alimentados con gasolina con un 5% de etanol, desde la fabricación hasta los 200.000 km de uso.

La velocidad a la que aumenta la producción y venta de estos autos no se condice con el precio

La fabricación de un auto 100% eléctrico genera casi un 70% más de emisiones de CO2 que fabricar el mismo auto propulsado por motor de combustión interna. Y, si se deja afuera de la ecuación la producción de materias primas y fabricación de las baterías, secontamina casi un 30% más en uno que otro. Esto es debido al uso de ciertos materiales, como el aluminio, en una proporción mayor en los autos eléctricos. O sea, la idea de la no contaminación aplica para Europa, no para China. En Europa de producen sólo el 6% de las baterías con 17 fábricas dedicadas a este trabajo.

El segundo origen más popular para los coches eléctricos puros matriculados el año pasado en Europa fue China. En total, de los 1,2 millones de autos eléctricos que se registraron en Europa más de 222.000 unidades se fabricaron en China. Esto no significa que todos esos autos tuvieran una insignia china. De hecho, en 2022 el gigante asiático fabricó el 18,7% de los coches eléctricos vendidos en Europa y ya amenaza con arrebatarle el trono a Alemania. El 52% de las matriculaciones de Tesla en Europa eran de modelos fabricados en China. De hecho, esta marca se posicionó como el mayor importador de coches eléctricos fabricados en el gigante oriental, adelantando a marcas como Dacia, MG y Polestar, BMW todos fabricados en China.

Los gastos para alimentar un coche eléctrico varían dependiendo de la marca, el modelo, la autonomía y el país. Las más económicas están en Países Bajos y las más caras en Dinamarca. Los cargadores públicos también serán un reto, ya que tendrán que abastecer la demanda en toda Europa. En la actualidad hay 2.9 millones de cargadores en Europa y se necesitaran unos 7 millones para el 2030, algo similar sucederá en EE.UU. y China, que tendrán que pasar el primero de 100.000 a 1.200.000 y el gigante asiático de 1.150.000 en la actualidad a 5.000.000 en el 2030.

Las baterías son un verdadero problema, tanto por la producción, el costo de recambio, reciclado, como los retos medioambientales de su obsolescencia y destino. Al igual que un teléfono móvil, los coches 100% eléctricos tienen baterías de iones de litio que pueden almacenar energía y recargarla una vez gastada. El problema surge cuando esas baterías están tan utilizadas que ya no pueden proporcionar una autonomía adecuada. Las grandes y pesadas baterías suponen un claro peligro para el medio ambiente, por lo que el reciclaje se ha convertido en un objetivo prioritario en el sector. Desde la extracción de las materias primas necesarias para su fabricación hasta la fase de reciclado al final de su vida útil, las baterías generan una serie de contaminantes que no pueden obviarse.