Por Jorge Alberto Ripani*

Se confirmó la victoria de Cristina Fernandez por 20.324 votos (0,21 puntos porcentuales) ante el candidato a senador de Cambiemos. En una columna anterior habíamos dicho: “Ella, procesada, con la mayoría de los medios de comunicación en contra y en la provincia más importante de América del Sur”, como diría Juan Manuel de Rosas, le habría ganado, según los indicios con que se cuentan hoy al candidato de Vidal (la principal figura de cambiemos a nivel nacional) en una elección con ribetes épicos, donde se habrían manipulado los datos del escrutinio provisorio”. No nos equivocamos. Sí  lo hizo el oficialismo en festejar mediáticamente antes de tiempo y en cargar mayor porcentaje de las mesas de los lugares donde ganó y menos porcentaje donde perdió.

Pues esto regaló mística al triunfo por escasa diferencia de su oposición, sembró dudas en parte de la población y la foto de esta semana, muestra a sus opositores festejando. Máxime teniendo en cuenta que Graciela Ocaña le ganó a Fernanda Vallejos en diputados y se impuso por 185.613 votos, casi dos puntos más que Unidad Ciudadana. En alguna mesa de café también hemos dicho que Vallejos, independientemente de su performance académica como economista, era el punto más débil de la renovada estrategia comunicacional electoral K, ayudada por el catalán Antoni Gutierrez-Rubi. Tampoco nos equivocamos.

Como sigue esto: Con estos resultados Unidad Ciudadana mete dos Senadores Nacionales y Cambiemos uno. Pero para octubre falta una campaña y tiempo económico. Consecuentemente el resultado es incierto. Mucho más el de 2019.

Lo que ocurra en 2019 depende en parte de lo que suceda con el resto del peronismo. Por estas semanas Pichetto, el jefe del bloque de senadores del FPV-PJ al cual se uniría CFK luego de octubre, dijo: “El peronismo atraviesa una crisis muy profunda, la más importante desde el retorno de la democracia. Es probable que el peronismo siga en el llano, como el PRI en México, que tardó 12 años en volver al poder”. Es cierto que atraviesa una crisis de conducción. Suena raro que tarde 12 años en volver al poder. Como mucho 8.

El turco Asis con Fantino, se detuvo, miró a la cámara y les disparó a los gobernadores justicialistas: “¿¡Tienen 70 años de historia y se los van a llevar puestos con globitos amarillos!?». Cambiemos no es solo globitos amarillos, el turco lo sabe. Sin embargo la frase es elocuente. Por lo pronto, el resultado del escrutinio definitivo arrojó que perdieron todos los gobernadores que intentaron disputar la conducción del justicialismo a Cristina. Salvo Urtubey.

Su frente ganó con 37% en Salta pero Unidad Ciudadana obtuvo 17% que no es poco. Al calor de la polarización reinante, el discurso dador de gobernabilidad de Urtubey y el peso electoral de Salta, pereciera difícil que Urtubey pueda lograr su cometido. El tándem Rossi – Rodenas ganó en Santa Fe. Rossi se mostró como el candidato de CFK y Rodenas la valoró. Filmus, ministro de Cristina, recuperó el segundo lugar en Capital. Insfrán el gobernador con mayor diálogo con CFK, ganó tranquilo en Formosa.

También en estas semanas, el presidente del PJ de Buenos Aires, candidato a diputado de Unidad Ciudadana y ex intendente de la Matanza, Fernando Espinoza dijo en C5N: “El peronismo no es uno o dos dirigentes. El peronismo es el pueblo. El peronismo es un sentimiento. Y el domingo, el pueblo de la provincia de Buenos Aires dijo «yo voto a Cristina Fernández de Kirchner».

La Matanza es el distrito electoral más importante de la provincia. Allí ganó Cristina por un montón. Un finlandés sin visualizar el carácter movimientista del peronismo, no podría entender cómo es que el presidente del PJ de Buenos Aires sea candidato en una lista que compite contra el PJ de Buenos Aires y encima diga eso. Para nosotros es comprensible. De hecho casi todos los intendentes justicialistas del conurbano bonaerense, apoyaron a Unidad Ciudadana. Allí también perdieron y con alevosía, los dos peronistas que intentaron disputar la conducción a Cristina: Massa y Randazzo.

Algunos dirigentes de segunda línea del Frente Renovador se están pasando a Cambiemos y a Unidad Ciudadana y algunos dirigentes de Cumplir se están pasando a Unidad Ciudadana. El 5% obtenido por Randazzo equivale al número que le falta a Unidad Ciudadana para equiparar lo obtenido por Scioli en 2015 y se especula que la polarización, los atraiga hacia Unidad Ciudadana. También hubo un intento para que Randazzo, baje la candidatura. Cristina retuiteó a uno de los dos intendentes más importantes de Cumplir, Katopodis que luego de las elecciones dijo: “El peronismo tiene que reagruparse para convocar a un masivo voto opositor”.

A estas alturas la baja de Randazzo parece ciencia ficción. Lo que si es posible es que buena parte de sus votantes, migren a Unidad Ciudadana en octubre. Nos es más difícil saber si el Frente Renovador tocó su piso con 15% y volverá a obtener lo mismo o la polarización le seguirá quitando votos útiles y en este último caso a donde migrarán. Pues 1 País era el abanderado de las avenidas del medio. Ahora se especula con una vuelta de Massa al PJ luego de octubre a pesar de que sigue compartiendo boleta con Margarita Stolbizer, considerada “gorila” por los peronistas.

A nivel gobernadores, para el justicialismo es más difícil que para Cambiemos, mostrar unidad en esta elección de medio término ya que le falta la chequera nacional, viene de perder la nación y la gobernación de Buenos Aires en 2015 y faltaba saber que pasaría con la polarización. En 2019 será otra historia, pues los candidatos a legisladores nacionales por las provincias, compartirán boleta con un candidato presidencial y necesitan alguien que les traccione votos. A nivel intendentes de Buenos Aires, esa tarea se le está facilitando a Cristina. Primero porque las encuestan le daban una imagen más alta que al resto y ahora porque se supo que la polarización esmeriló al Frente Renovador y a Cumplir.

El libro más influyente de liderazgo político en Argentina y mucho más en el justicialismo es el “Manual de Conducción Política” de Perón. Quienes intenten conducir, creo que deben tenerlo en cuenta. Allí se lee: “La conducción es un arte de ejecución simple: acierta el que gana y desacierta el que pierde. Y no hay otra cosa que hacer. La suprema elocuencia de la conducción está en que si es buena, resulta y si es mala, no resulta. El conductor es un constructor de éxitos”. El candidato de Cristina perdió en 2015 y ella se recupera ahora. Si quiere conducir, deberá además, “persuadir sin mandar” y aprender humildemente de sus errores pasados. “Con sectarismo no hay conducción. El sectarismo es el primer enemigo de la conducción, porque la conducción es de sentido universalista, es amplia”. Consecuentemente la tercera verdad justicialista dice: “El peronista trabaja para el movimiento. El que en su nombre sirve a un círculo, o a un caudillo; lo es sólo de nombre”.

También se ve la necesidad de la CGT, que hizo una movilización importante hace días y amaga con  un paro nacional, como columna vertebral del movimiento: “Si los trabajadores se dividen pierden todo su poder. Yo he visitado numerosos países del mundo donde hay dos o tres centrales obreras: es como si no hubiera ninguna”.

Y una situación a veces ocurrida en el gobierno anterior y vista con malos ojos por ese Manual. Que la conducción estratégica no debe confundirse con la acción táctica, con lo cual, los armados electorales de cada localidad o espacio institucional no deben ser “a dedo”: «El que elija el pueblo. Ese es mi candidato. Flaco servicio haría si yo me pusiera a digitar quiénes han de ser los hombres que deben actuar en cada parte… “los conductores no se hacen por decreto… Los dirigentes salen de la acción, y si no, no son dirigentes. Los dirigentes que se pueden hacer a dedo dan mal resultado.”

El kirchnerismo, sin el peronismo no puede ser opción seria de cara a 2019. Y viceversa.

En lo inmediato, la derrota de las “avenidas del medio” se profundizará. A menos que ocurra algo excepcional, el resultado dependerá de la economía y de lo que la opinión pública crea de la economía de cara a futuro. En Buenos Aires, la madre de todas las batallas, puede ganar Unidad Ciudadana o Cambiemos. Ambos por margen chico. En cualquier caso, se consolidarán como las dos identidades mayoritarias y aglutinantes.  La oposición justicialista, sola tendrá alguna chance de triunfar en 2019, si arma el rompecabezas.

* Docente de las materias Historia Constitucional Argentina y Latinoamericana de la Facultad de Derecho UNR y vicepresidente del Instituto de Derecho Público y Ciencia Política del Colegio de Abogados de Rosario.